Cierto día, Chuang Tzu se quedó dormido y__
soñó que era una mariposa, revoloteando muy__
contento por ahí. Y la mariposa no sabía que era__
Chuang Tzu soñando. Luego despertó y volvió a__
ser el de siempre, pero ahora no sabía si era un__
hombre soñando que era una mariposa o una__
mariposa soñando que era un hombre.__
Las enseñanzas de Chuang Tzu_
Fue caer dormido en un profundo sueño y empezar a sentir cómo su pecho se henchía de un sentimiento gozoso ante la contemplación de sus alas recién desplegadas, lo que vino a convencerle de que él era la verdadera mariposa de Chuang Tzu. Conforme a su naturaleza recién adquirida, pasó la noche entera revoloteando feliz y despreocupado como un picaflor, ajeno a las miserias del mundo.
Los primeros rayos de sol iban a depararle, sin embargo, nuevas vicisitudes. Entre ellas, el descubrimiento fatal de su vulgar existencia de gusano soñador.
¡Ostras Mega! Tu relato es como un gomazo en plena nariz. Hasta he tenido que frotármela.
ResponderEliminarUn abrazo
Otro guiño kafkiano. ¡Cómo se complementa con mi "El insólito final de G." (http://antonioserranocueto.blogspot.com/2008/04/el-inslito-final-de-g.html)
ResponderEliminarSaludos dominicales.
Muy bien contado, Mega. Me ha gustado.
ResponderEliminarPor lo menos soñador...
ResponderEliminarUn gusano afortunado el tuyo, pues posee la facultad de soñar.
ResponderEliminar¿Qué haría el ser humano sin la facultad de soñar?
ResponderEliminarLos sueños animan el presente de quien los vive. La realidad puede imponerse, pero eso no importa mientras se siga creyendo en la tal vez realización de lo que se sueña.
Un bonito relato, Gemma.
Freia, siempre me han fascinado estas historias de lecturas reversibles, como si estuvieran inspiradas en tu admirado Escher, o en la cinta de Moebius.
ResponderEliminarAntonio, ciertamente, tu relato y el mío son parientes cercanos. Un abrazo
Soboro, gracias. Me alegro de que te haya gustado.
Ika, Herman, Magda, los tres tan soñadores, eso mismo: ¿qué sería de nosotros...?
;-)
Saludos afectuosos
Además de soñador, es capaz de leer. ¡Y chino! No debe lamentar su condición, este gusano.
ResponderEliminarSaludos.
Jaja, Viajero... Es que el tal gusano era muy ilustrado...
ResponderEliminarme voy 4 días y dejas tres gozos.
ResponderEliminarMe encanta soñar, claro. Aunque sepa que me despierto como gusano. (mientras note la frescura de las sábanas).
No quiero poner más biografía íntima, pero has dado en la diana. O , como tan bien dice Freia, un gomazo en plena nariz.
No importa que sea un gusano o algún insecto peor, pq afortunado es al tener el poder de soñar!!!
ResponderEliminarBesitos
Me declaro gusano soñador. Qué vamos a hacerle. Cada día me gusta más pasear por aquí.
ResponderEliminarNán, jajaja. Prometo no asestar más gomazos. O, por lo menos, lo intentaré... ;-)
ResponderEliminarLuz de Luna, pues yo preferiría antes ser "gusano soñador" que "escarabajo kafkiano", qué quieres que te diga. En cualquier caso, sé bienvenida.
No sabes cuánto me alegra, Carmen, que seas uno de los nuestros. Un beso,
y un abrazo a los tres
un hombre que se mira al espejo y descubre a "otro" al otro lado, un gusano que sueña que es mariposa que sueña que es hombre...
ResponderEliminar¿dónde están los límites de la realidad? ¿qué somos y que soñamos ser? ¿cuál de todos nuestros yoes es el verdadero?
gomazo en la nariz a mí también...ahora me voy a la cama con todas estas preguntas y no me duermo, o sueño que no me duermo, o que se yo...
¿y mañana quien va a trabajar por mí?
(el "otro" del espejo tal vez...)
A mi modo de ver, María querida, cuanto más ficticio más real, jeje.
ResponderEliminarCon respecto a lo de buscar a quien te substituya en el trabajo, prueba a ver qué pasa con el señor Espejo de Azogue, me da en la nariz que es el más serio de los tres... ¿o eran cuatro? ;-)
Hombre ?
ResponderEliminarMariposa ?
Gusano ?
..Y como decía nuestro amigo " Y los sueños...sueños son".
Es bonito soñar sobre todo en aquello que nunca por más que quieras lograrás ser.
un petonet.
Cada vez me pasa lo mismo, despues de haber escrito el comentario me voy corriendo a ver como ha quedado y no hay manera de que me acuerde que pasa aduana.Grrrrrr!!!!
ResponderEliminarAmiga mía, estás en racha. A menudo me felicito por ver cuánto talento hay suelto por la blogosfera. Bueno, tanto, tanto, no. Pero hay mucho talento. Y tú lo tienes.
ResponderEliminarCoincido con Antonio Serrano en lo del guiño kafkiano. Pero no por evidente -pues no engañas a nadie- deja de ser muy creativo.
Jo, me ha encantado. A mí me gustaría ser una mariposa, pero no despertarme luego como gusano. Aunque si me despierto como gusano se supone que algún día mi sueño se convertirá en realidad ¿no?
ResponderEliminarPetons.
Maria Eugènia, bonito y necesario, ciertamente.
ResponderEliminarPetons de tornada
(Potser un dia d'aquests me'n farto jo també i torno a posar-ho com abans...)
Manuel, ¡gracias, hombre! Lo cierto es que el micro está hecho sobre otro micro antiquísimo (el que reproduzco aliniado a la dcha.) que no es invención mía, desde luego, ya me gustaría a mí, sino que existe tal cual. Me tenía fascinada esa historia... (Existen, de hecho, muchas versiones sobre esta misma pieza, a la manera de las múltiples variaciones que se hicieron sobre el Dinosaurio de Monterroso, que ya conoces).
Jean Louise, aplicándonos el cuento de Chuang Tzu, seguro que sí. ;-)
Petons als tres