martes, 13 de noviembre de 2018

Todas las esquinas

Esta sola imagen también eres tú:

con su visión de las cosas más pequeñas;

el deseo de equilibrio, personal y colectivo,

o tu natural aquiescencia cuando todo 

yace en calma, sin atributos ni disensiones vanas;

a fin de cuentas, esta imagen sola también fuiste tú:

con esas ansias de libertad que surcaban horizontes,

y esa claridad de líneas y colores planos, 

o la ausencia casi total de perspectiva

si no fuera porque el sol nos asombra siempre

hasta vaciarnos de aristas;

de igual modo, algún día, esta imagen solitaria también serás tú:

y ese banco que ves ahora permanece a la espera

de que sigas volviendo mañana y pasado mañana,

a las horas convenidas, para que el sol siga cayendo de plano a plomo,

alumbrando con sus rayos plomizos todas las esquinas.



lunes, 12 de noviembre de 2018

708

Cielos que desasosiegan de puro bellos. 
Incendio tornasolado del éter.


jueves, 8 de noviembre de 2018

707

La escritura es un extraño juego de desdoblamientos y de fantasías capaz de proyectar reflejos inquietantemente reconocibles.


miércoles, 7 de noviembre de 2018

martes, 6 de noviembre de 2018

705

Toda recreación mejora nuestros actos y recuerdos limándolos de aristas indeseables.


domingo, 4 de noviembre de 2018

703

Pasear por los senderos y jardines de la infancia desde el espacio dilatado de la memoria.



sábado, 3 de noviembre de 2018

jueves, 1 de noviembre de 2018

701



La melancolía es una conquista insidiosa. 
¡Ved si no cuánta melancolía encierra el deseo!




700


¡Y qué difícil soñar sin unos brazos que nos acojan!


martes, 30 de octubre de 2018

domingo, 28 de octubre de 2018

698

Tensa el arco de los sueños. Pero luego teme que la flecha salga disparada.


viernes, 26 de octubre de 2018

martes, 16 de octubre de 2018

695

El microrrelato refiere historias (basadas en imágenes, ideas o sensaciones); el aforismo, imágenes, ideas o sensaciones (sin que se cuente una historia).



domingo, 14 de octubre de 2018

sábado, 13 de octubre de 2018

693

Del afán de ser sin apariencias que valgan a la representación del ser con todas sus contradicciones a cuestas. Semejante recorrido vital.


miércoles, 10 de octubre de 2018

693

De un ego redomado a otro domado -domeñado- pero inexpugnable. Algo así.


martes, 9 de octubre de 2018

y III


El agua brinca entre matas fragantes
de maleza esplendorosa
que sus verdes sumerge
hasta que el sol se esponja.

No hay rencor alguno
en este agreste Valle.
Ni Madre Dolorosa
que cese en su llorar.

domingo, 7 de octubre de 2018

II



Y hay como un rumor lejano 
de voces de pájaros 
y hojas que se enredan. 
Mientras el viento sopla ufano
Y los hombres sestean.


692


En otoño la humedad sazona 
el tiempo de escarchas destempladas:
las montañas respiran con alivio; 
los valles lagrimean.



sábado, 6 de octubre de 2018

viernes, 5 de octubre de 2018

690


La luz del Norte es un anhelo. 
La del Mediterráneo, un aplauso. Y una invitación.


jueves, 4 de octubre de 2018

viernes, 28 de septiembre de 2018

688


Un día, de pronto, nos emociona hasta las lágrimas reconocer cuánto nos falta; el excesivo peso de cuanto nos sobra.


miércoles, 26 de septiembre de 2018

Fractura, de Andrés Neuman


Entre frágil y sólido


Después de veinte años de oficio y buen hacer, Andrés Neuman acaba de publicar la que ya podemos considerar como su segunda gran novela, tras la aparición de El viajero del siglo (2009), merecedora del Premio de la Crítica. Si ésta transcurría en la Alemania de comienzos del siglo XIX, Fractura discurre a lo largo del mundo. Ya sea por medio de un narrador omnisciente, ya a raíz de la investigación que inicia el periodista argentino Pinedo a causa del terremoto y posterior tsunami que provoca la fuga radiactiva de la central nuclear de Fukushima, Fractura va hilvanando con fluidez los testimonios de las cuatro mujeres con las que se entrevista, quienes compartieron su vida con el señor Watanabe, protagonista de esta novela pero no por ello menos huidizo.

Empleado de una multinacional tecnológica, este superviviente de las bombas de Hiroshima y Nagasaki irá desplazándose por distintas ciudades en una huida hacia delante, habitándolas y conociéndolas en la medida de lo posible, aunque no logrará librarse de su destino de expatriado, lo que se refleja en su empeño por dominar, sin conseguirlo plenamente, cada una de las lenguas en las que decide vivir. Las ciudades en crisis ─¿acaso no lo están siempre?─ en las que Watanabe se instala son: el París sesentayochista de su juventud, donde conoce a Violet; la Nueva York contraria a la guerra del Vietnam, que comparte con Lorrie, y la Buenos Aires de la época del conflicto de las Malvinas, pasando esa etapa intermedia junto a Mariela, la voz más sarcástica de todas. Watanabe concluirá su vida laboral en compañía de Carmen en el Madrid inmediatamente anterior a los atentados de Atocha, suceso que lo empujará a volver a su país natal. En suma, toda su existencia podría resumirse como la de un fugitivo que rehúye ser reducido a la condición de víctima, mientras trata de sobrellevar las heridas invisibles (físicas y mentales) que acarrea su pasado de superviviente involuntario, y de las que logrará sanar cuando se instale primero en Tokio, tras jubilarse y, sólo después, cuando realice su particular descenso a los infiernos que supone el recorrido en coche por los alrededores de Fukushima, el último viaje que emprende para poder dejar de huir. 


El presente narrativo en el que arranca y se cierra la novela, dos momentos bellísimos que me recordaron la desnudez y resonancia poética de Juan Rulfo, coincide con el estallido de la central nuclear de su país, lo que conduce a un narrador omnisciente (en estilo indirecto libre) y al periodista a repasar retrospectivamente los mecanismos de la memoria. Y, con ello, la gestión de las desgracias propias y ajenas, así como su proyección en el futuro y su aceptación social (en el caso de Japón, apoyándose ─por sorprendente que parezca─ en el recurso temible de la energía nuclear); mientras ambos recorren la vida de su personaje a partir de sus pensamientos y del testimonio representativo de las mujeres que lo conocieron. Así pues, aunque el cuerpo mayor de la novela lo ocupe la evocación de su pasado junto a Watanabe de estas cuatro mujeres de carácter, quienes al reflexionar sobre el estado de sus respectivos países, también abordan la dificultad que supone tener que convivir con heridas personales y colectivas; los encuentros que éste mantenga en las últimas páginas con otros seres como él serán los que terminen salvándolo. El título y la cubierta remiten, de hecho, a la metáfora que encierra el arte japonés del kintsugi, basado en juntar con un hilo de oro las partes fracturadas de una pieza de arte. Un recurso sanador de consecuencias políticas, sociales y existenciales que Neuman ha sabido ilustrar de forma compleja.


* Esta reseña ha aparecido publicada en el número 417 de la revista literaria Quimera; dedicada a homenajear al estupendo autor de microrrelatos Juan José Arreola, en un especial coordinado por Javier Perucho, con motivo del centenario de su nacimiento.

domingo, 23 de septiembre de 2018

687


El verdadero riesgo de la narrativa breve no es tanto cultivar la insignificancia cuanto que te tomen por un escritor insignificante.




sábado, 22 de septiembre de 2018

jueves, 20 de septiembre de 2018

martes, 18 de septiembre de 2018

684

A mayor brevedad, mayor exposición.


683

Cuanto más breve es la escritura, más voluble y volátil se me antoja el destino de ambos: de lo escrito y del escritor.



lunes, 17 de septiembre de 2018

682

Los viajes de vuelta se hacen tanto más cortos cuanto cumplidos parezcan nuestros anhelos.



sábado, 15 de septiembre de 2018

681

Mantener la mente en blanco para que el pensamiento grácil no desaparezca cuando asome. Lo más leve tiene pleno sentido.


jueves, 13 de septiembre de 2018

martes, 11 de septiembre de 2018

679

Alcanzar esa edad en que reconocerse en el espejo se ha vuelto un acto inverosímil.


domingo, 2 de septiembre de 2018

jueves, 30 de agosto de 2018

miércoles, 29 de agosto de 2018

domingo, 26 de agosto de 2018

674


La escritura debe a veces cargar las tintas para expresar con justeza lo que, de otro modo, quedaría deslavazado.


jueves, 23 de agosto de 2018

672


Escribir es pensar.
Cuando escribo, pienso, y escribo cuanto pienso.
Pienso, luego escribo.



miércoles, 22 de agosto de 2018

lunes, 20 de agosto de 2018

670


Hay silencios atronadores, que nos sumen en la algarabía de nuestro abandono.


domingo, 19 de agosto de 2018

Una escueta salvación


Hay quien prefiere engañarse a vivir crudamente esta bendita realidad. Yo, sin ir más lejos. Al menos, de vez en cuando. Para desconectar, supongo. La realidad nos bendice a diario, abierta las 24 horas sin descanso; una tabarra en toda regla que no es posible sortear así como así. Bajo esas circunstancias, no resulta nada fácil hallar alivio. Algún consuelo fugaz. Una escueta salvación que nos redima de sus fantasmas. Aunque sea adoptando una actitud enajenada. Enajenante. Enajenadora. A veces, suprimir a tiempo toda comunicación se me antoja indispensable; el único remanso de paz.


viernes, 17 de agosto de 2018

669


El amor que se acumula, se renueva, pero también se desgasta. Conviene que no sea a partes iguales.


miércoles, 15 de agosto de 2018

Verano azul

En realidad, azulísimo. De cuando las fotos eran por lo menos escasas, sorprendentes, casi un milagro. Y los futuros de cada uno de nosotros, lejanos, inconmensurables; tan borrosos, de hecho, como ilusos y francos se me antojan hoy nuestros rasgos de entonces. Hace ya no sé cuánto.



martes, 14 de agosto de 2018

domingo, 12 de agosto de 2018

667

El futuro de hoy es el pasado de mañana.
El futuro hoy es pasado mañana.
El futuro ya es pasado.

El futuro de hoy es el pasado de mañana, de modo que si el futuro hoy es pasado mañana, el futuro ya es historia. 



.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"