Doscientos diecisiete
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A algunos la cabeza nos empezó a funcionar tras rebelarse nuestros sueños, una vez desvelados.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Me encantaría estar despabilado.
ResponderEliminarLos abrazos si me funcionan.
Tanto el texto como la foto hermoso/a. Donde ha sido tomada la foto?
ResponderEliminarUn abrazo
Jan, en los alrededores de Berlín, cerca del Wannsee. Un abrazo
ResponderEliminarAbrazos de vuelta, Sergio
Tus meditadas ambigüedades son bombas de racimo de la sabiduría. ¿Pierden los sueños el velo o nos volvimos insomnes permanentes? Mi aplauso envuelto en carño.
ResponderEliminarGracias, Nano querido. A mí me gusta tu interrogación.
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