Ferocidad silente
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Cuando la palabra derrocha ausencia
o lagrimea dolor abierto
precisa el espíritu colmar de
silencio feroz la escucha en vilo.
.
.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Está tan bien descrita la ausencia que he leído varias veces tu poema, ¡es tan cierta y precisa cada palabra!
ResponderEliminarTanto me parece, que se podría construir una historia de cada verso y además tan verdadera como ellos.
La foto es perfecta para complementarla.
Gracias, Gemma, por ponerle la "a" a mi opinión del post anterior. Se me debió caer envuelta en una gota de sudor.
Un fuerte abrazo.
De nuevo, vuelves a incidir en esa realidad de ausencias y silencio que construye la palabra, el verbo. Tal y como titulas, es feroz, letal. Me parece exquisito.
ResponderEliminarAbrazos.
Me gusta eso del silencio feroz. Creo que lo define muy bien
ResponderEliminarLa ausencia es un silencio que pesa, sí, como el plomo, como una fiera sobre el alma. Ferocidad silente, esa es la ausencia.
ResponderEliminarMuy bueno.
Silencio feroz. Esa adjetivación hace que uno se imagine un silencio que tiene que luchar por hacerse presente y provocar el efecto sanador que se precisa.
ResponderEliminarMuy bueno, Gemma.
Exquisito es la palabra, como ya apunta Agus. Me encantó.
ResponderEliminarAbrazos dobles
Yo quiero lograr ese ritmo. Persisto en mis intentos.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Isabel, por medio de la alusión a la ausencia o a la palabra doliente pretendía retratar no solo la soledad, sino el silencio impuesto y, por tanto, doloroso también del que escucha y percibe y constata. Celebro que te agrade. Besos
ResponderEliminarAgus, lo mismo que la escultura esculpe materia y espacio a un tiempo, a veces la palabra surge de una necesidad profunda por contar, por expresar con urgencia. De ahí que ese silencio sea asimismo tan necesario e importante. "Saber escuchar" resulta entonces no menos doloroso que crucial. Un abrazo
Araceli, el silencio es feroz por ser autoimpuesto y producto de una conversación. Y por ser el correlato de esa escucha no menos feroz, tan cargada de ansiedad y anhelo por saber. De igual modo, la ferocidad silente del título vendría a ser la expresión del estado de quien escucha y se siente contrariado. Un beso
"La ausencia es un silencio que pesa", qué cierto, Olga. En un poema anterior lo expresaba de este otro modo: "las ausencias son presencias en sombra"... La soledad cuando se convierte en relato también es percibida entonces como el negativo de una gran ausencia. Muchos besos, sister
Tor, exactamente: el silencio viene impuesto por las circunstancias y porque resulta no menos necesario para el entendimiento. Lo viste muy bien. Besos
Lola, muchas gracias. Me quedo muy contenta con tus palabras. Un fuerte abrazo
Pablo, jaja, tú persiste, que seguro que lo logras. :-) Para mí, el peligro de que ese ritmo se malogre depende en gran medida de dar con la adjetivación apropiada... Un abrazo
Yo creo, que las palabras guardadas son las palabras ausentes. Y se llora a veces por no haberlas pronunciado y otras por no pronunciarlas. Y el silencio enorme aplasta.
ResponderEliminarBello
Saludos
Gemma, estar en vilo es el malabar más debastador de la palabra. El silencio poblado de mudez es el mas pesado humo de significado.
ResponderEliminarUn abrazo basto.
Sergio Astorga
Ada, cabe entenderlo como dices. En tal caso las palabras guardadas y ausentes también serían producto de una elección o imposición por el bien de otra persona. A decir verdad, en este poemilla me propuse que tanto la "palabra ausente" como el "silencio feroz" fueran expresión de un mismo sentimiento de asombro, imposibilidad y deseo. No sé si con mucho acierto. Pero esa fue mi intención. Establecer una comunicación entre dos personas incluso en una situación de impedimento forzoso, y por tanto ajeno a sus respectivas voluntades.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y un abrazo fuerte
Sergio, me encantan tus grandes frases. Sobre todo, me sorprende esa habilidad que muestras por sintetizar sentidos llegando a lo más profundo. Porque el caso es que consigues siempre llegar al meollo del asunto bajo una aparente sencillez. Mil gracias!