Cuatrocientos cuarenta y uno

.

No saber para saber mejor, a saber: no llegar a sabelotodo. 

.

Cuatrocientos cuarenta

.

Los afectos compartidos nos vuelven terriblemente avariciosos.

.
.

Cuatrocientos treinta y nueve

.

El límite del lenguaje se agazapa en la mirada.

.
.

Cuatrocientos treinta y ocho

La belleza, cuando comparece, lo hace por medio del silencio más sagrado.

Cuatrocientos treinta y siete

.
La madurez nos vacía de circunstancias espurias. Si tenemos la fortuna de envejecer bien.
.

Cuatrocientos treinta y seis

.
Guardar silencio nos llena de rumores que nos salvaguardan de chácharas insulsas.
.

Cuatrocientos treinta y cinco

.

En cuestión de certezas, ya se sabe que el hombre es un desastre. 

.

.

Cuatrocientos treinta y cuatro

.
La distancia que hay de la realidad al lenguaje empleado hoy en día para describirla probablemente sea la misma que separa lo ilusorio de la postverdad.
.

Cuatrocientos treinta y tres

.
Las ocasiones perdidas nos recuerdan cada tanto que seguimos vivos.
.