domingo, 2 de julio de 2006

La vida según el alfabeto: la A

Ayer apareció Amanda apesadumbrada (¿o acaso fuera anteayer?). Andaba algo arisca y así anduvo, asqueada, hasta el amanecer. Ahora avanza, al fin, ágil como una ardilla, con el alma ardiente aunque alerta por si acaso. A pesar de habérsele anquilosado las articulaciones, se afana aún por aminorar asperezas. Aspira a... ¡respirar!

jueves, 22 de junio de 2006

Resignación (Microrrelato) / Historia de fantasmas

Dicen que la oscuridad es el territorio de los fantasmas. Tú estás absolutamente convencido. Sin duda hay alguien en esa habitación que ahora ocupas sigiloso. Deben de ser las tres o las cuatro de la madrugada cuando ese rumor persistente, apenas audible al principio, empieza a crecer.
Hace frío y tienes mucho miedo.

Con los primeros rayos de sol, los ronquidos del durmiente se vuelven atronadores. Una vez más, te escurres por la chimenea.

miércoles, 31 de mayo de 2006

Tríada

No sabría decirles cuál de los tres casos siguientes me ha producido mayor estupor: si la quema en un cajero de Barcelona de una vagabunda confiada por parte de un grupo de niños bien (descerebrados), un caso evidente de ensañamiento bárbaro según se desprende de las imágenes contenidas en la grabación llevada a cabo por la entidad bancaria (¿recuerdan American Psyco de Bret Easton Ellis, o La naranja mecánica de Kubrick?); si el descubrimiento azaroso por parte del casero del cadáver de una mujer, creo que inglesa, relativamente joven aún, de unos 55 años, debido al impago del alquiler durante tres largos años; o si la muerte por inanición -de nuevo en Barcelona- de una señora de edad semejante a la anterior que fue encontrada en su piso del Raval con apenas 33 kilos de peso.

A propósito del primer fallecimiento, se descubrió luego que esa mujer desvalida -mero objeto de burla y distracción de sus asesinos-, había trabajado como secretaria o administrativa en una empresa; del segundo, se dijo que la señora cuya compañía nadie parecía echar de menos era, por lo visto, una mujer con familia. Aun así, su desaparición no fue denunciada por sus hermanas, ni a nadie escandalizó demasiado que, junto a su cuerpo, yacieran esparcidos por el suelo la bolsa de la compra y unos cuantos regalos navideños, también ellos cadáveres.

El último caso se ha revelado, si cabe, como el más espeluznante: la señora que murió de hambre había sido, durante su juventud, una estrella del porno de cierto renombre, pero además convivía con una madre de 92 años incapaz de valerse por sí misma y con un hermoso hijo de 35, funcionario de la Generalitat. Se trataba de un militante "más o menos conocido" dentro de las filas de ERC que se había significado en diversas reivindicaciones y manifiestos ocasionales, y para cuya lista por la circunscripción de Barcelona aparecía como aspirante a diputado número 70, si no me falla la memoria. Un "adolescente eterno", en palabras certeras de un vecino que lo conocía. En realidad, un "desalmado patriota", por decirlo según su propia lógica.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"