Humores: Hay humorada en la fina ironía, burla inteligente o mordaz en la parodia, sarcasmo y crueldad en la sátira y un deje de acritud o de resentimiento en el humor negro, por no hablar de las buenas dosis de disparate, desahogo y sinrazón que contiene el humor absurdo, o del mal gusto y la extravagancia propios de la versión más grotesca, que carece de escrúpulos y de sentido del ridículo: todo un catálogo de estad(i)os humanos —a cuál más disfuncional— que sin duda consideramos cultura, parte indisociable de nuestra civilización.
Y luego está la carcajada estentórea del presunto gracioso o bromista.