lunes, 18 de julio de 2016

sábado, 16 de julio de 2016

Trescientos cincuenta y uno

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Sin posibilidad de silencio, no hay lectura ni meditación que valga. Sólo la furia de los días cayéndonos a traición. 
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"