miércoles, 10 de enero de 2018

lunes, 8 de enero de 2018

Quinientos ochenta y dos

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La tristeza es una fuerza centrípeta; la alegría, centrífuga. Centrifuguémonos pues.
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sábado, 6 de enero de 2018

martes, 2 de enero de 2018

Quinientos setenta y nueve

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Más que el porte, al adelgazar recuperamos el espíritu del joven que hemos sido.
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sábado, 30 de diciembre de 2017

Quinientos setenta y ocho

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Penetrar en el secreto de las cosas para así comprender mejor cuanto en un futuro fuimos.
F e l i z    2 0 1 8


jueves, 14 de diciembre de 2017

lunes, 11 de diciembre de 2017

La garza atrevida

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Una mocita quiso querer
un día venturoso 
a un mozo de bien. 
La garza atrevida,
dichosa y alegre

de puro candor,
recibe el cortejo mocero
con gentil corazón.
¡Nada hay más bello
que verlos danzar
en compañía
y audaz vuelo
de su otredad!

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viernes, 8 de diciembre de 2017

Desbocado

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Creía que eso les ocurría sólo a los jóvenes; a los jóvenes incautos. Pensaba que la madurez era una especie de escudo defensivo gracias al cual la vida, sus peores incidentes, resbalaban piel abajo sin mayores consecuencias. Por fortuna, solía decirse. Y, desde luego, creía que a él no le iba a pasar nunca cosa semejante. Pero ocurrió. ¿Dónde se había visto? Trató de ignorarlo; basta no creer en algo para que ese algo terrible no exista, se dijo, convencido de sus buenos reflejos. Y aunque los días empezaron a correr más ágiles, al cabo no pudo evitar que un runrún extraño se instalara en la boca de su estómago. Es el trabajo, zanjó. ¿En serio?, se cuestionaba tan sólo horas después. Fue al médico. Tenía palpitaciones y sueños deslumbrantes como fogonazos. Tuvo que admitir que pensaba demasiado en ello. ¿Se estaría enamorando? Decidió atajarlo de raíz, dejar de verla. Fue peor. El runrún que albergaba su estómago hizo implosión. Basta no querer reconocer algo, para que ese algo terrible exista aumentado, barruntó. La situación empezaba a ser embarazosa. Optó entonces por decírselo. Quedaron un día cualquiera y se le declaró. No fue correspondido como esperaba. Se deprimió. Ahora trata de calmar los periódicos estallidos que soporta su estómago practicando alambicados deportes de riesgo; también atiborrándose de toda clase de noticiarios. Cuanto más tóxicos, mejor. Como si la propia desazón del mundo pudiera alcanzar un día a cubrirlo por entero. Sigue descorazonado y confuso. No tolera que no haya cura.


Quinientos setenta y dos

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Sólo al querer saber, descubrimos nuestra ignorancia.
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sábado, 2 de diciembre de 2017

Quinientos setenta

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Sublimación: engrandecimiento, exaltación, ensalzamiento o elevación del ser a un grado por entero desconocido, parece querer apuntar el DRAE. "Sublimados, dejaron de ser ellos para convertirse en un trasunto de sí mismos".
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Quinientos sesenta y nueve

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En ocasiones, la destreza de saber vivir se adquiere malviviendo; desviviéndose, cuando menos, por aquello que verdaderamente importa.
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jueves, 30 de noviembre de 2017

Quinientos sesenta y ocho

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Un rasgo de prudencia: saber discernir lo que nos conviene, aunque sea imprudente.
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martes, 28 de noviembre de 2017

Quinientos sesenta y siete

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Al cabo de los años, pocas sensaciones nos impresionan ya. En todo caso, nos sigue maravillando lo que una vez fueron, lo que seguirán siendo si la memoria no nos falla.
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lunes, 27 de noviembre de 2017

Alborada

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Quien está solo, solo de fría soledad, suele dar vueltas y revueltas 
a las cosas cotidianas. Esa clase de penar por una recompensa mil veces aplazada es un vicio solitario que irrumpe en las jornadas de trabajo menos livianas; de forma atropellada casi siempre. Sin consideraciones vanasComo si deseara instalarse en el corazón de su presa para que le escueza su destello de hielo candente. Y hacerse fuerte con sus dentelladas feroces de animal acorralado. Quien está solo, solo de soledad escarchada, suele salir por las noches a tomar salmorejo y salazones (todas delicias salubres) persiguiendo la luz del alba. 
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"