. En sueños, un lienzo cubre buena parte de la pared del dormitorio. Es de gran formato y hechuras pesadas, con pinceladas de trazo grueso. El marco, de madera de roble, da cuenta de su calidad. Cuando despierto, la obra que preside mi estancia ya no existe. Parecía una pintura de mi admirado Casas. O de Rusiñol. Como el hermoso cuadro de los almendros en flor que había en la vivienda de mis abuelos. Se liquidó cuando murieron. Lo vi colgado del comedor hasta mi primera juventud. Mientras fui niña, nadie me lo alabó jamás ni me reveló siquiera su ilustre procedencia. No hacía falta. Era enigmático. De poderosa belleza. Lo he buscado en catálogos y revistas de arte. Nada. A veces, se me aparece en sueños, retador. De él cuelga para siempre la bendita inocencia de la infancia. .
Santiago Rusiñol, Masia blanca (Bunyola, Mallorca) (1902, Museu Nacional d'Art de Catalunya, Barcelona)
Esta antología de aforistas a cargo de Manuel Neila Lumeras reúne nada menos que a diez autoras distintas con una muestra bastante representativa de su quehacer literario. Para mí la práctica del aforismo ha ido a menudo de la mano de la reflexión en torno al propio género; y así lo aclara el autor deesta reseña, Pedro Martínez Domene. Muchas gracias por acoger tan favorablemente su aparición.
. La manifestación de ayer convocó a gente que paseaba con tres banderas nada menos: la senyera (que no estelada), la española y la europea, algunos las vestían superpuestas; lo que significa -cuando menos- que el público que se agolpaba en aceras y calles hasta desbordarlas era variopinto y plural. Se manifestaron sobre todo para hacer saber que ellos también son parte del pueblo de Cataluña. Pacífica y multitudinaria, los maniifestantes corearon lemas como "Luego diréis que fuimos cinco o seis" y "Puigdemont, a prisión". Los había incluso que se manifestaban por primera vez, como reconocieron algunos en televisión. Aun cuando iban todos mezclados, creo que se trató de una manifestación necesaria. Se ha hablado mucho de no humillar a los independentistas, pero poco o nada (en comparación) del ninguneo continuo al que el nacionalismo ha sometido durante años a esta otra multitud. Ellos son los otros catalanes y componen el 52,2% de la población que el referéndum exprés (aprobado sólo por una mayoría parlamentaria en escaños compuesta por el 47,8% de los votos) prefirió dejar fuera, de ahí que optara por no ir a votar en un referéndum ilegal o amañado. Si de valorar discursos se trata, me quedo con todas y cada una de las palabras del exministro socialista Josep Borrell, el hombre del día. .
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.