También los cuerpos se comportan de forma extraña.
viernes, 26 de agosto de 2022
miércoles, 24 de agosto de 2022
lunes, 22 de agosto de 2022
domingo, 21 de agosto de 2022
972
Amor al fulgor de la palabra dicha, oída, pronunciada en una lengua extraña en otro tiempo; hoy, sin embargo, cargada de resonancias.
sábado, 20 de agosto de 2022
971
Por nuestro bien y conveniencia, por la cuenta que nos trae, preferimos ignorar el alcance de nuestras mezquindades.
viernes, 19 de agosto de 2022
jueves, 18 de agosto de 2022
lunes, 15 de agosto de 2022
domingo, 14 de agosto de 2022
jueves, 21 de julio de 2022
miércoles, 20 de julio de 2022
martes, 19 de julio de 2022
domingo, 26 de junio de 2022
Literatura en una sola frase
Hoy Xavi Ayén publica en La Vanguardia un reportaje bastante extenso en torno al género del aforismo. Feliz.
sábado, 25 de junio de 2022
domingo, 19 de junio de 2022
lunes, 13 de junio de 2022
961
Habitar paraísos marcianos a media tarde un día cualquiera de estío. Con socorrista terrícola incluido (si bien emboscado).
miércoles, 25 de mayo de 2022
960
A veces, una luz nos recauda el ánimo de toda indefensión. De nuestra condición errante de seres indefensos.
martes, 24 de mayo de 2022
sábado, 21 de mayo de 2022
miércoles, 18 de mayo de 2022
sábado, 14 de mayo de 2022
miércoles, 6 de abril de 2022
955
Habitáculos improvisados. O esa sana costumbre de los pobladores de la capital alemana que consiste en subirse a los tejados para poder charlar a sus anchas...
lunes, 14 de marzo de 2022
jueves, 3 de marzo de 2022
lunes, 28 de febrero de 2022
domingo, 27 de febrero de 2022
En la BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES
Muy honrada y feliz de formar parte, en buena compaña, de esta maravillosa biblioteca de cuyo nombre no pienso olvidarme. Gracias a sus hacedores: Demi Fernández Muñoz y José Luis Trullo.
Pincha en la imagen para acceder a la web:
jueves, 10 de febrero de 2022
CURSO VIRTUAL DE NARRATIVA EXPRÉS EN CASTELLANO
Ya está abierta la inscripción para el curso virtual de narrativa exprés del Ateneo de Barcelona. ¡Os esperamos!
Pincha en la imagen para obtener más información:
martes, 25 de enero de 2022
miércoles, 12 de enero de 2022
Pensamientos leves en Aforist@s
Agradezco a AFORIST@S la publicación de estos 10 pensamientos leves en su segunda entrega.
(http://www.aforistas.net/.../10-ineditos-de-gemma...).
miércoles, 5 de enero de 2022
miércoles, 8 de diciembre de 2021
sábado, 4 de diciembre de 2021
domingo, 24 de octubre de 2021
viernes, 22 de octubre de 2021
miércoles, 20 de octubre de 2021
jueves, 14 de octubre de 2021
miércoles, 13 de octubre de 2021
domingo, 10 de octubre de 2021
miércoles, 22 de septiembre de 2021
miércoles, 8 de septiembre de 2021
miércoles, 25 de agosto de 2021
viernes, 20 de agosto de 2021
939
Quien padece "ansias de poder" atesora unas insensatas "ansias por humillar o sojuzgar ", aunque, a sus ojos, las considere meras "ansias de (hacer) justicia".
miércoles, 18 de agosto de 2021
lunes, 16 de agosto de 2021
La playa y el tiempo, de Ernesto Calabuig
Ansias de vivir
El autor de este libro es profesor de Filosofía y crítico literario en El Cultural y ha publicado, además, dos libros de relatos (Un mortal sin pirueta, 2008; y Caminos anfibios, 2014), junto con una novela (Expuestos, 2010). Ahora, Calabuig ha reunido diecinueve historias a caballo entre el cuento y el microrrelato, que giran en torno al motivo del paso del tiempo y de la voluntad humana por retenerlo o, cuando menos, por extraerle unas gotas de sustancia. Sus personajes, ya en la edad madura, tratan de librarse de esa impaciencia al borde de la ansiedad, tan propia de nuestra época y de su etapa vital.
Llama la atención que el conjunto de relatos esté planteado desde un enfoque metaliterario que busca reflexionar o ilustrar un determinado aspecto narrativo o técnica de escritura. Así, por ejemplo, el que da título al conjunto, acaso el más extenso, ahonda en la psicología de la protagonista, una mujer de 47 años que decide alargar de forma indefinida unas vacaciones en la playa hasta diluirse en ese mismo entorno que la acoge sin prejuicios, habitado por comunidades hippies y nudistas. Se trata de un relato de corte –digamos- quiroguiano, donde su disolución es consecuencia directa del progresivo despojamiento que experimenta. En el libro, de hecho, aparecen varios con un desenlace semejante.
La segunda y tercera narración estarían unidas por el subtítulo de Un cuento chino (I y II, respectivamente). En «Pekín-Xátiva», su protagonista, «un traductor de alemán agobiado por el plazo de entrega de una novela», en realidad, una especie de alter ego del autor, figura recurrente en estas páginas, emprende un viaje en tren desde la estación de Atocha, con destino a Valencia, dispuesto a aprovechar el tiempo del trayecto para traducir algunos pasajes de Siegfried Lenz, pero ya desde el principio tiene que renunciar a sus planes al tropezar con una joven china que necesita ayuda y que sólo chapurrea un poco de inglés. El título alude irónicamente al hecho de que su tiempo haya dejado de ser del narrador, quien sale desde Madrid, para pasar a serlo de la mujer oriental (Pekín). Si bien a cambio ha obtenido el argumento para escribir un relato. Frustrados sus planes, el traductor se entrega a imaginar varios destinos posibles ─a cada cual más fantasioso─ junto a la joven china, entre los que figura su propio deceso. Este relato le sirve, pues, al autor para ilustrar aspectos tales como el tratamiento del espacio, la ambientación de las escenas o la importancia de las descripciones, aparte de la elucubración libérrima que supone echar la imaginación a volar, una estrategia, esta última, constante en estos cuentos.
Asimismo, el microrrelato «Tiempo sagrado», que funciona como un entreacto o entremés para separar los dos cuentos chinos, se ocupa de la cuestión central del punto de vista, aparte del desarrollo narrativo, y lo hace con visos de poética: «Estas cosas del tiempo no merecerían una intervención despiadada (…) sino el suave, respetuoso pincel de un arqueólogo capaz de justicia, emoción, llanto y recuerdo», concluye. Y el segundo cuento chino, «¡Almuerzo, ciao!», a caballo entre el cuento breve y el microrrelato, se centra de nuevo en ilustrar el poder de la imaginación, la capacidad evocadora y las asociaciones de ideas, de las que el narrador echa mano para impulsar la trama; lo que ya vimos en la fabulación libre del primer cuento chino; y de hecho la protagonista podría identificarse con la misma mujer oriental, si bien tras su llegada a España. «Escribir es también poner en marcha hipótesis», zanja esta vez el narrador.
El segundo y tercer cuento de invierno estarían protagonizados por ese narrador-cronista que ya vimos en la estampa, de modo que no sólo entroncarían con la experiencia vital del autor, sino también con esta serie de relatos en donde él mismo toma la palabra y decide asomarse adrede para darnos su opinión cuando le place o considera oportuno. No en balde, en «Después de los niños» vuelven a ser ellos, M y el narrador, quienes pasan unos días de descanso en un hotel de Berlín poco antes de las Navidades, lo que les sirve para hacer balance de una vida compartida, ahora que los niños ya han crecido. Por fin, en «Una navidad tendrás cincuenta», será «la voz de ELLA» (sic) la que le dé pie al narrador a fantasear con una vida no vivida pero que pudo haber sido.
Acaso empiece aquí la tercera parte del libro ─tras una primera compuesta, a grandes rasgos, por la narración prólogo y la serie de cuentos chinos, y una segunda, por los cuentos de invierno─, formada en esta ocasión por relatos sueltos sin necesidad de subtítulo que los agrupe. En «Algorta lejano», por ejemplo, «ese hombre cincuentón, con su pelo cano ensangrentado, [que] fue en su día un buen atleta», es decir, el propio narrador-autor de estos relatos, se halla en el trance de morir tras sufrir un accidente inesperado, momento que aprovecha para rememorar a una novia vasca que tuvo y de cuya muerte ─también inesperada─ se ha enterado poco antes, compartiendo en el desenlace su mismo destino aciago. Hacia el final, el narrador toma consciencia, pues, de su propia muerte, que volvemos a encontrar en «Radiofrecuencia», o en «Mommsen», si bien en este último fantasea con la muerte como trasunto de una vida cumplida para preguntarse quiénes somos, mientras en la duermevela del narrador protagonista se entremezcla la ensoñación (la memoria recuperada) y la realidad (pues ha llegado a la última estación, al último día de su viaje).
De esta última parte, yo destacaría
dos cuentos de extraña belleza: en el primero, «Túnel del tiempo con filósofos»,
protagonizado por el narrador-autor y «un buen amigo» (el escritor valenciano Pepe
Cervera), el narrador le cuenta a su amigo, cuando ambos han franqueado ya la
frontera de los cincuenta, cómo, con apenas 20 años, llegó a conocer a un
Parménides y a un Heráclito con aspecto de haber resuelto por fin el viejo
dilema que mantenían ambos entre identidad y devenir; encontrando de paso «un
remedio contra la inquietud y la ansiedad» tan propia de la edad madura. Pero
es en el segundo, «Cohen y Roshi en el monte Baldy», donde ese mismo narrador
que guarda cierto parecido físico con el personaje, nos cuenta el retiro
espiritual del cantautor y poeta Leonard Cohen en compañía de su maestro Roshi,
dando como resultado un cuento-reportaje-crónica lleno de sabiduría y buen
hacer: «Escribir, sabes, no es como estar ante un lujoso buffet donde te
sientas y eliges esto y lo otro. Más bien lo que ocurre es que partimos de
tener poco o nada, y rebuscamos por los bolsillos, arañamos a ver si aún nos
queda algo, una idea, una historia que contar»; toda una poética, la de Cohen,
que bien podríamos hacer extensible a nuestro autor en este inspirado conjunto
de relatos.
sábado, 14 de agosto de 2021
936
Detallar la inexactitud, la imprecisión, en un par de líneas: he aquí la tarea ingente del esforzado aforista.
miércoles, 21 de julio de 2021
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"