La naturaleza es sabia por fuerza. Por naturaleza es sabio el valor. -Los hombres, en cambio, son sabios cuando entienden su fragilidad, dice Nano tan prudente como acertado.
De sombra fugitiva, el tentetieso aspira a mantenerse en pie toda la vida, sin que le tiemble el pulso o pierda en un desliz absurdo el frágil equilibrio que ostenta. Nada le importa en el fondo, ya no digamos en la forma: la belleza no lo altera. Le trae al fresco que la realidad se erosione hasta desangrarse, o que la gente naufrague en silencio, sin apenas vergüenza. A él lo mueve una única pasión: tenerse en pie por tierra mar y aire mientras los demás se quiebranformando esquirlas, o se estrellan por el gusto de levantar polvaredas. Seguir ahí por los siglos de los siglos, sin otro empeño amén que lo envanezca.
... Iba andando por la calle cuando me topé con dos piernas de modelo. Al principio pensé que se trataba de las extremidades de un maniquí, pero no tardé en darme cuenta de que una mano demasiado viva sostenía una taza de café con leche, mientras la otra se dedicaba a lanzar, en pleno arrebato, pañuelos de papel contra la calzada. Dudé: ¿Necesitaría ayuda, o más bien querríaestar a solas con su enfado? Opté por dar un rodeo y ver si sacaba algo en claro. ¿Qué motivos tendría la chica para patalear y desayunar a un tiempo sembrando de llanto el piso? Para cuando quise intervenir, no quedaba ni rastro. Parecía como sisus piernas se hubieran replegado de repente. A pocos metros de distancia, un montón de pañuelos sucios y una taza sin plato delataban su firme renuncia al desamparo. ... * La foto se titula "En la calle", y es de Guillermo Méndez, autor de la bitácoraFugaZes. ...
Un día descubrimos que resulta imposible ralentizar por más tiempo el vértigo presente. Y envejecemos. .. Un día descubrimos que ya no podremos ralentizar por más tiempo el vértigo presente. Que envejecimos.
Envejecemos al descubrir que no logramos
ralentizar por más tiempo el vértigo presente. ...
Al niño se le escapa el globo en un descuido y, casi de inmediato, siente un pinchazo en el costado. Cae al suelo en una pirueta impropia de su edad justo en el momento en que ha empezado a faltarle el aire. Apenas alza su cabeza al cielo, logra atisbar el vuelo trepidante de la esfera, que sigue alejándose mientras su cuerpo poco a poco se deshincha. En el instante preciso en que se le cierren los ojos, desaparecerá la Tierra.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.