lunes, 27 de marzo de 2017

Cuatrocientos cuarenta y tres

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Hay quien gestiona su corazón con el mismo celo que pone a diario en su bolsillo. Con parecido rencor.
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Cuatrocientos cuarenta y dos

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Ser subjetivamente objetivos. Y conformarnos con ello.
Aceptar de una vez que no podremos aspirar a otra cosa. 
Objetivamente hablando.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"