domingo, 18 de agosto de 2013

Noventa y seis

...
Somos intratables, entre otras razones, porque toleramos mucho mejor nuestros errores y defectos que los ajenos, tan condenadamente superfluos.

Nuestra intolerancia se cifra en que soportamos mucho mejor nuestros errores y defectos que los ajenos.
...
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"