lunes, 8 de agosto de 2011

De gusanos y otras hierbas

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La madre vio al niño morder la manzana. Enseguida creyó el fruto que había sido cosa del gusano, quien sin embargo prefería taladrar al crío porque sí, hastiado de su menú de plato único. Justo en el instante en que el chaval entornaba los ojos para saborear su pedazo, la señora ha dado por sorpresa un mordisco a la lombriz, que, descabezada, ha muerto en el acto. Por tierra rueda ahora el pobre micro desmembrado.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"