jueves, 12 de junio de 2008

El arrepentido

....
Cansado de ser otro, volvió a casa en un taxi para llegar lo antes posible. En cuanto su mujer le abrió la puerta, lo primero que hizo fue soltarle que los gemelos no podían ser suyos de ningún modo.
...
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"