domingo, 1 de febrero de 2015

Doscientos treinta y cinco

..
Acaso la confesión no sea más que una curiosa forma de contrarrestar el confinamiento del yo.
..



.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"