jueves, 12 de diciembre de 2019

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Privación. 1. Esta acción por llamarla de algún modo se asocia en el DRAE a términos como carencia, pena, ausencia y renuncia; de donde cabe concluir que no es en absoluto deseable como práctica habitual. A menos que se trate de un estado que resulte de una renuncia voluntaria, claro está. 2. Tanto es así que privarse de algo y ya no digamos hacerlo por costumbre, aunque sea bueno para el virtuoso (el ayuno sería un ejemplo), parece desaconsejable para quien aspire a cultivar otros valores no menos nobles, tales como la generosidad (de espíritu), la alegría (en general), la presencia (de ánimo) o la misma plenitud (de facultades). 3. En resumen, una acción que sólo se me antojaría edificante si condujera, en alguna medida, a un buen fin o al bien común. 4. No deja de ser irónico, a todo esto, que el adjetivo privado haya evolucionado del sentido original de carecer o no mostrar públicamente algo al de acumular en detrimento de lo público.



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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"