sábado, 28 de marzo de 2009

El descenso

....
-¿A qué estás esperando? ¿No piensas subir?
-¿Para qué, si puede saberse? ¿Lo crees de veras necesario?
-En realidad, no; pero me hubiera gustado que subieras. Simplemente, no entiendo por qué te cuesta tanto...
-En realidad, no me cuesta nada. Espera, que ya subo.
-Déjalo, ¿quieres? Ya bajo yo.
-Así resulta imposible...
-Yo también acabo de darme cuenta.
..
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"