jueves, 15 de abril de 2010

Árbor

... ...
¿Viejo, yo? ¿Quién se atreve? ¿Quién lo dice? ¿Aquél? ¿Quién, veamos, es el valiente? ¿Aquel otro, tal vez? ¿Acaso soy sólo lo que mis ramas peladas, hirsutas, dañinas a veces, dejan ver? ¿Acaso estoy hecho sólo de brazos retorcidos, anudados, deshilados? ¿Sólo veis en mí esa madeja desgreñada que aparento ser? ¿Sólo eso creéis, maldita sea, seréis?
...
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"