domingo, 29 de septiembre de 2019

Dionisia García, El hilo de la cometa. Antología esencial (1987-2011)


Dionisia García, El hilo de la cometa. Antología esencial (1987-2011), Libros al Albur, Sevilla, 2019. Selección y prólogo de Carmen Canet.

Para vivir bien, dejarse llevar

            
En este libro se recogen noventa años de vida y casi veinticinco de cultivo del aforismo. La editora del volumen se plantea un recorrido por una existencia que deja tras de sí varios libros de poemas, relatos, ensayos y crítica literaria. Y espiga una selección entre los más de dos mil aforismos procedentes de las tres obras que Dionisia García le ha dedicado al género: Ideario de otoño (1987), Voces detenidas (2004) y El caracol dorado (2011), cuyas piezas, al decir de Canet, «elevan lo cotidiano y elemental» hasta convertirlo en categoría.

Pero también hallamos una mirada serena sobre las cosas y las realidades del hombre que han sido tamizadas por el tiempo; acaso el hilo de la cometa «que me recuerda lo que quise haber sido», ¿un ser libre como el viento?, según apunta la autora en la cita que precede al prólogo, donde se precisa que se trata de un hilo conductor humano, hecho de memoria y existencia. No en balde, entre sus piezas brilla esta declaración de intenciones: «Inventemos cómo ser libres. Nunca es tarde»; junto a otros aforismos como: «La suerte del agua es escapar» o «Si nos acostumbrásemos a lo efímero, viviríamos más desentendidos».

Ordenado conforme a la cronología de su obra, el lector tiene, pues, a su alcance un puñado representativo del decir y del sentir fieramente humano de esta autora que ha recogido su poesía en editoriales prestigiosas como Tusquets o Renacimiento. De las tres secciones del libro que se corresponden con cada una de las obras señaladas, la primera es la más extensa del conjunto, y en ella encontramos aforismos como los siguientes: «Olvidados de nosotros, podríamos alcanzar mayores libertades», «El cautiverio, ni para los pájaros» o «El poeta no porta luces, las enciende». Y, sin embargo, más allá de este canto sostenido a la libertad, la autora se apresta a matizar sus certezas asumiendo nuestra condición de seres contradictorios: «El humano no es más libre cuando menos condicionantes soporta, sino cuando los asume».


Aparte de su preocupación por mostrar un posible camino hacia una vida plena, Dionisia García reflexiona acerca de la creación y el arte: «Escribir bien no consiste en decir, sino en llevarlo a cabo de la mejor manera». Y aun antes, afirma: «El silencio cumple misiones tan importantes como las palabras». De hecho, la segunda sección, que procede de Voces detenidas, se inicia con una especie de poética: «Pensar no es creerse cierto sino estar capacitado para perseguir certezas». Toda esta parte vendría a ser una indagación en los rescoldos de la memoria y en el maltrato del tiempo. Y a pesar de ello, a veces sus aforismos están recorridos por una franca ironía. Como cuando nos dice, a propósito de su dedicación al género : «En postura horizontal surgen más aforismos, señal de que son vagos»; o al zanjar: «No nos engañemos, el mejor recorrido es el mental».

En suma, esta selección parece brotar del manantial de la experiencia y de la lucidez de una autora que se vale del recurso a la llaneza para transmitir verdades arrebatadas: «Escribir es como amar, si más entrega, más beneficios (salvemos las excepciones)». E incluso: «Amemos el silencio, y algo se oirá», tal vez mi aforismo favorito. En las piezas de la última sección,
El caracol dorado, podría estar cerrando un viaje vital, con lo que ello pueda suponer de despedida del mundo. Ojalá no sea así y pueda seguir proporcionándonos muchos más textos como estos. Así, señala: «Qué afán de decirlo todo en la escritura…».

Deseo destacar, por último, que el presente volumen es una iniciativa de Apeadero de Aforistas, quien, en la semana del Aforismo de Sevilla celebrada entre marzo y abril pasado, entregó a Dionisia García el Premio Honorífico a toda una vida dedicada a las letras. No en vano, Carmen Canet, la responsable de la edición, certifica que nuestra autora ha sido la primera mujer aforista española, la más significativa y reconocida en el siglo XX.


* Esta reseña ha sido publicada en el número 429 correspondiente al mes de septiembre del 2019 de la revista literaria Quimera.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"