martes, 21 de julio de 2015

Doscientos setenta y tres

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Mientras la publicidad hace pasar por certeza lo que es mera patraña, declarándose a sí misma sin empacho verdadera; la ficción, mucho más honesta, parte de su estatuto incierto para hablarnos de las verdades más ignoradas: las de la conciencia.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"