viernes, 29 de noviembre de 2013

Ciento veinticinco

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Al cabo, todo se reduce a una cuestión de fe. 
Mientras tanto, levantamos castillos de naipes desde la razón. 
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"