viernes, 3 de febrero de 2012

Mis cenizas a destiempo

...
...
Desde que sospecho
que la completud del ser
roza lo putrefacto
no puedo dejar de verme
como un pobre
gusano manco
emplazado a la carrera. 
Los días de fiesta,
sin embargo,
adquiero tímidamente
el talante ligero 
del Conejo Blanco,
y espero impaciente 
a que Alicia
me sonría, mientras 
lanzo al vuelo, 
sin ton ni son, todas 
las cenizas del tiempo. 
...
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"