jueves, 11 de agosto de 2011

El día mengua

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El sol sale y calienta el aire, mientras la madre mece la cuna, que se balancea. De improviso otro balance distinto se despeña y un gerente berrea. Al cabo siente el gestor el inexplicable impulso de despeñarse, también él, tras un leve balanceo, incapaz ya de mover ni la cuna ni mucho menos a la mujer, que ahora se desespera. Un sol frío como el témpano se pone. La noche se desvela.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"