miércoles, 10 de abril de 2019

751


Todo afán es una apuesta.
Un fantasma o apariencia.
Una fabulación.
Un deseo que se encauza
en el mejor de los casos.
Mero mero señuelo.
Un quizá sin remisión.


.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"