sábado, 27 de octubre de 2012

Cuarenta y dos

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El lenguaje de la imaginación convierte la palabra en realidad. 
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En literatura la palabra se realiza (o desrealiza), y con ella la dichosa realidad.
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* La acuarela es de Lola Valls, y se titula "Viajero distraído".

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9 comentarios:

  1. Vaya por delante que las acuarelas me gustan mucho.

    En este caso la conjunción de ambas cosas, la acuarela y el título, hacen, como bien dices, que la imaginación fluya. He recreado unos verdes en el espacio que queda libre.

    Besos y gracias. Ya soy un loco más.

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  2. Como se convierte el pie en esa flor.

    Muy sugerentes tus palabras y la acuarela.

    Besos

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  3. ¿Cómo podría discrepar hoy contigo, Gemma?

    Imposible.

    Dale mi enhorabuena a Lola por su acuarela. Es hermosa.

    Un abrazo,

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  4. Me encantan las acuarelas y esos trazos limpios como pétalos, me han recordado a los que pinté para una portada de un cuaderno de mi hijo:

    http://demisbocetosylosvuestros.blogspot.com.es/2012/09/portadas-de-cuadernos-2012-2013.html

    ¡Me encanta!: ilustración+título=buena entrada.

    Un besote desde mis palabras.

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  5. Sin imaginación no somos nada y esa acuarela invita a imaginar, hay tantas posibilidades en ella.
    ¡gracias!

    Besitos

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  6. Si la imaginación, como decía la supuesta santa, es la loca de la casa, no quiero ni pensar como sería dicha familia sin ella.

    Palabras y acuarela danzan de forma precisa. Un placer grandote.

    Pe tons.

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  7. Preciosa acuarela Gemma,
    Y sí, ficción y realidad a menudo son la misma cosa... Y nos encanta :-)
    Felicidades a Lola Valls por cierto.
    Abrazos

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  8. Gracias a todos por vuestros comentarios. Recién llegada de Berlín, no he podido conectarme estos últimos días.
    Abrazos

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"