viernes, 25 de marzo de 2011

La muerte me visita

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"Mi muerte"

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De un tiempo a esta parte la muerte me visita todos los días: la oigo subir fatigosamente las escaleras, pararse en mi rellano, pulsar el timbre. Yo la observo por la mirilla, hasta que me doy cuenta de que el apartamento está vacío desde hace un mes, pese a la luz que parece guiñar malévola, tras la rejilla desierta.
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Carlos Almira, Fuego enemigo, nowevolution, 2010, p. 59.
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"La muerte me visita"
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Todos los días desde hace un mes, la observo por la mirilla pulsar malévola el timbre, pararse en mi rellano desierto de un tiempo a esta parte. Pese a que tras la rejilla el apartamento parece vacío, la luz sube las escaleras, la oigo guiñar fatigosa mi muerte: hasta que me doy cuenta de que estoy yo.
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14 comentarios:

  1. Escalofriante micro doblado, o doblemente micro. La visita de la muerte siempre es siniestra, aunque estemos muertos. No hay que dejarla pasar.

    Me gustó mucho, Gemma.

    Besos muy vivos.

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  2. María, me tomo al pie de la letra tu consejo. Que se canse, eso mismo. Espero que se dé cuenta tarde o temprano de que yo tengo mucho aguante. :-)
    Besos

    Lola 1, qué bien lo entendiste, jo. No sabes lo contenta que me has dejado.
    Besos

    Lola 2, ni pensarlo.
    Abrazos

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  3. A mí estos micros me encantan, ya lo sabes. Por un momento imaginé a la muerte mirando el felpudo de ikea.

    aBRAZOS

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  4. Ufff, debe ser terrorífico saber que te está acechando... o que eres tú.

    Un abrazo

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  5. Supongo que todos cargamos con nuestra muerte. Escribir un micro es una buena manera de cerrarle la puerta.
    Un abrazo

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  6. Muy hábil la duplicación de la imagen y la ubicación del personaje. Me ha impactado mucho.

    Susana Camps

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  7. Después de leer el micro, a partir de ahora voy a ir con mucho, mucho cuidado cada vez que vaya a abrir la puerta.
    Muy bueno, Gemma.

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  8. Agus, jaja. Capaz de eso y más la veo yo para salirse al final con la suya. Un beso

    Verdial, la muerte que, confiada, decide un día salir a buscarnos sabe que nos encontrará pese a todo, pues forma parte de nosotros.
    Un abrazo

    María, exactamente. La muerte es como una carga -o una sobrecarga- que unas veces ahoga más que otras, pero que siempre pesa y agobia. Gracias y un beso

    Susana, "encarar la muerte" de frente, y hacerlo con la crudeza de saber que no hay escapatoria, debe de provocar un vértigo parecido al que siente el personaje.
    Te vi el otro día en el Ateneo y me quedé con ganas de saludarte. Sé bienvenida. Un abrazo

    Ricardo, jaja. La muerte, como el diablo, son un trasunto, la imagen misma de lo siniestro. Por ello celebro que te haya turbado. Un abrazo y gracias

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  9. Qué bueno, Gemma. Me ha recordado un relato de Quim Monzó en el que el protagonista tiene una cita y no sabe qué ponerse, está todo el relato probándose ropa y elucubrando sobre cómo irá la otra persona y no desentonará, y cuando acaba de vestirse y mira por la mirilla ve que va vestida de negro impoluto de arriba a abajo.

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  10. Me gustan mucho los dos : uno es el dibujo por fuera y el otro el envés.

    Inquietud, desasosiego pero gustosos...de esos escalofríos que no molestan.


    Un abrazo Gemma.

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  11. Manu, Monzó es una mina inagotable. Yo también soy fan de sus relatos.
    Un beso

    Rosana, me alegran mucho tus palabras porque en parte se trataba de eso mismo: intentar barajar el micro entero, alterándolo de algún modo, procurando no repetirme ni en la forma ni en el contenido. Y qué bien que te haya desasosegado de buen rollo. :-)
    Un abrazo grande

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  12. Hala Gemma, me alucina la facilidad que tienes para desmembrar y reconstruir así, de un golpe, como si nada. Todavía estoy pensando qué decirte, jopee ;-)
    Un beso (mientras encuentro las palabras)

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  13. Jaja, Rocío. Supongo que tengo una extraña habilidad para liarlo todo bien liado. :-P
    Abrazos

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"