viernes, 18 de marzo de 2011

Espejo plano

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La marquesa empieza a subir la escalera despacio, a pasitos cortos, como de pluma. Aún le faltan seis escalones para alcanzar el rellano, ese que cuenta con un espejo de cuerpo entero algo siniestro. En alguna ocasión, el ascenso del tramo completo le ha llevado su buen cuarto de hora, pero siempre termina por recorrerlo, como si tal hazaña, o la misma escalera, fuera para ella un premio.

Ya ha alcanzado el descansillo, ya se acerca de improviso a su azogue, ya se sonríe. Por primera vez, la marquesa da media vuelta y empieza a descender aprisa la escalera, a paso ligero en realidad, con la agilidad exacta, y la imprecisión, de sus quince años plenos.

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* La imagen es de Guillermo Méndez, y está tomada de su fotoblog FugaZes.
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8 comentarios:

  1. Esa inquietud detenida; esa media vuelta necesaria; esa alegría de imaginar que la joven marquesa tal vez se quede con la vida y deje el marquesado.

    Como siempre, tus palabras llegan altamente "acicatosas"...

    Un pe tó a to pe.

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  2. He podido ver a la marquesa. Huele a azahar y va dejando tras de sí una estela de melancolía.

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  3. Me gustan mucho los relatos de espejos. Los reflejos dan mucho de sí. Tu marquesa hace bien en dar media vuelta.

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  4. Qué bueno Gemma. Es uno de esos textos que la idea sólo ya da vértigo. Admiro la sencillez para contarla con una escalera y un espejo.

    Abrazos.

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  5. Gemma, ¿Será el retorno maléfico?
    A los 15 años la imagen es más producto del querer que del estar.

    De plano, un espejo y una escalera provocan una ecuación inversamente proporcional al cuadrado de la realidad esperada.

    Un abrazo de puro reflejo.
    Sergio Astorga

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  6. Josep, el espejo le muestra que otra realidad es posible, y de ahí que dé media vuelta y descienda veloz esa misma escalera, rebosante de juventud. Més pe tons

    Carmen, eres buena observadora. Ay, si la vieras ahora, lo feliz que está. Un gran abrazo

    Araceli, la escalera en espiral que aparece en la foto de Guillermo Méndez me hizo pensar en marquesados y en lujos y en vidas acomodadas, pero sin apenas capacidad de reflejo... Hay imágenes que se muestran cargadas de historias... Besos

    Agus, las historias despojadas de elementos retóricos son las más frágiles, qué duda cabe. A esta marquesa de huesos de cristal no le podía corresponder ninguna otra...
    Abrazos, y gracias

    Sergio, jaja, me encantan tus fórmulas científicas... :-)
    Un besote

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  7. Espejos, ¡qué juego dan! ¿verdad?

    Me ha sugerido el texto algo inalcanzable y es ir de la vejez a la juventud.

    Y se agradece la sensación...

    Abrazos

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  8. Isabel, desde luego que sí. Y menos mal que la ficción nos permite estos caprichos...
    Un abrazo fuerte

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"