martes, 24 de noviembre de 2009

Naturaleza

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Ante todo, luz desparramándose por cada filo mientras las sombras enfilan su envés desafilado, y los brillos destellan aquí y allá, bajo un trazo previsible. Cuando la luz decaiga, impacientes verdes se abrirán paso oscuros de frío y tibieza; al tiempo que un trasfondo de recuerdos nos late por todo el cuerpo y despierta.
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15 comentarios:

  1. "nos late por todo el cuerpo y nos despierta"

    y con esto, todo lo de arriba cobra un sentido distinto.


    un beso, malabarista

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  2. Parece el despertar de las sombras... qué inquietante te pones, Gema. ¿O soy yo y el cansancio?
    A ver si, mientras las sombras de tu naturaleza despiertan, yo me duermo y amanezco con toda la luz.
    Un beso de buenas noches.

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  3. Lara, ¡ale-hop!
    Y un beso

    Olga, si la luz alumbra una naturaleza domesticada, lo oscuro da lugar en el micro a un despertar de la naturaleza distinto, acaso algo más indómita...
    Un besazo

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  4. Una cita de Marina Tsvietáieva, del "Poema de la montaña":

    "Pero bajo los cimientos
    no olvida la montaña al juego.
    Se pierde la vergüenza, no la memoria:
    ¡tiene tiempo a montones la montaña!

    Por las tenaces grietas
    comprenderá el veraneante:
    ni cimas, ni familias -
    ¡sino un cráter en marcha!".

    Así aguarda la naturaleza.

    Un abrazo

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  5. Adoro cuando afilas el lápiz y veo las palabras desfilar en un orden medido, preciso, al filo de la perfección continuamente.
    Un beso, meine Zaubererin.

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  6. Gemma,qué recorridos haces por la naturaleza?.A dónde acudes en busca de la felicidad ,del paisaje que te embelesa,de las inmensas llanuras del placer?

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  7. María, lo del cráter en marcha se me antoja un verdadero hallazgo. A decir verdad, la Naturaleza acostumbra a tener uno al menos en ascuas, por si siente la necesidad imperiosa de manifestarse... Gracias por compartir el poema con nosotros. Un abrazo

    Freia, qué bien que te guste. Frente al simulacro de una naturaleza ordenada y clasificada que ofrece todo invernadero, el difícilmente perfilable latido de la naturaleza...
    Un beso grande

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  8. Jesús, jaja. Esta serie de micros, algunos sostenidos por la delgada trama de un deseo o una intuición apenas esbozados, giran en torno al motivo del "jardín botánico". Las fotos pertenecen, de hecho, al Botanischer Garten de Berlín, de visita obligada para cualquiera que disfrute de la naturaleza y sepa apreciar el rigor alemán empleado en clasificarla y comprenderla. ;-)
    Un abrazo

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  9. Gemma, los primigenios simpre son los mejores despertares.
    Un abrazo al natural.
    Sergio Astorga

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  10. Sonórico.

    Cuando la luz decaiga nos abriremos paso. Sí. Hasta entonces, recordamos hacia lo más atrás.

    (me quedo un rato en el texto, sin despertar).

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  11. Sergio, al traspasar el umbral de la noche a la vigilia abandonamos a diario el paraíso vislumbrado. (Un paraíso -hay que reconocerlo- no exento de peligros y pesadillas, sobre todo en contraposición con la jornada profundamente domesticada que nos espera). Un beso

    Nano, porque ¿no será la noche con su tiempo sin ordenar la verdadera vigilia? Un besazo

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  12. las palabras se toman su tiempo en la boca al ser leídas (en alto esta naturaleza se muestra inquietante)

    luego, leído en voz baja, masticando las palabras uno descubre que también inquieta su significado...

    ufff

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  13. María, lo que inquieta es lo desconocido, aquí representado por una naturaleza silvestre y hasta salvaje abriéndose paso.
    Un beso

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  14. Y que me despierte lo primigenio,frío y cálido, me da un poquito de miedo.
    Un beso.

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  15. Cuando la luz decaiga....Me encanta
    este giro que toma la historia abriéndose paso los deseos más ocultos y dormidos como si nacieran de nuevo.Besos.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"