miércoles, 10 de octubre de 2007

La vida según el alfabeto: la H

Era Hilario un historiador heterodoxo, harto holgazán y huésped habitual de "La Hacienda". Hace apenas unas horas ha sido ahorcado en La Habana tras husmear sus habitantes en la habitación del hombre, y hallarle un hobby horrible: el susodicho hechizaba al resto de los huéspedes del hostal a base de hierro, hierbabuena y algún hierbajo, además de hipnotizar y hacer hibernar con híbridos de su cosecha al hipocondríaco de la habitación OCHO, un hombre de hechuras hercúleas, en absoluto hosco, de gran humanidad.

Han sido los hombres más humildes quienes, al verlo huir sin huella de honradez, tan deshonestamente, lo han humillado ahorcándolo. Ahora es el hazmerreír de los habaneros.

5 comentarios:

  1. Haberlas haylas. Perec sentiría cierta envidia.

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  2. El determinismo lingüístico que supone escribir bajo el dictado de una letra me parecía un reto interesante: en realidad, funcionaría como la pauta de un soneto.

    En mi opinión, todo el alfabeto es una limitación que debemos vencer. También el lenguaje en su totalidad lo es.

    La literatura, ya se sabe, es la vida misma. ;-)

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  3. Olé por este a Abecedario, querida!

    Saludos de tu amiga G. que se pasó toda la noche con tu blog fenomenal - y mira tu, lo entendí casi todo :-))

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"