sábado, 10 de julio de 2021

Nano

Cuando pienso en la época dorada de los blogs, que algunos vivimos y disfrutamos de forma intensa entre el 2006 y el 2012 más o menos, me viene a la cabeza irremediablemente el blog de Rafael Lassaletta Cano, Nano para los amigos: Ángeles sobre Berlín (http://angelessobreberlin.blogspot.com/.../envidia...). Su bitácora se convirtió andando el tiempo en lugar de encuentro, intercambio de lecturas y amistad de la buena.

Nano fue un lector apasionado, amante de las letras, autor él mismo de relatos muy interesantes y, desde luego, un agitador cultural nato de quienes por aquel entonces abríamos tímidamente blogs literarios para escribir y publicar nuestras cosas. Como era fácil reunirnos en torno a su blog y su persona, no tardó en ganarse por méritos propios el título de "maestro de ceremonias". Me entero estos días de que se ha ido de pronto sin poder despedirse. Y no puedo sino escribir estas líneas para rendirle el homenaje que se merece por haber sido un alma noble, en primer lugar, hacedor de amistades y relaciones, nuestro lector más fiable y generoso en unos años que fueron decisivos para todos nosotros.
Descansa en paz.





* Las fotos son de abril del 2009.

domingo, 4 de julio de 2021

932

 Se me antoja estúpido pretender entenderlo todo sin dar ocasión al flagrante misterio.




sábado, 26 de junio de 2021

930

Cuanto más cerca de su condición personal o situación particular lo que le acontece a un individuo, más borrosa y escurridiza su percepción.




jueves, 24 de junio de 2021

miércoles, 16 de junio de 2021

BREVESTIARIO en Letras de Chile

Ya está disponible la nueva antología panhispánica al cuidado de Lilian Elphick para su descarga gratuita desde la página Letras de Chile (https://www.letrasdechile.cl/.../3734-presentacion...)

BREVESTIARIO, feliz término acuñado por el también escritor de microrrelatos Diego Muñoz Valenzuela, reúne una selección amplia y generosa de autores de las dos orillas para los lectores más atentos en este género narrativo.
La bella bestia de la cubierta es obra de Sergio Astorga.
Muy honrada de aparecer entre sus páginas.




lunes, 14 de junio de 2021

928

Decepcionar. Creer que sí cuando es que no. O, por decirlo de otro modo, querer que no sea lo que es.




sábado, 5 de junio de 2021

927

La escritura implica, la mayoría de las veces, una redimensión constante, una suerte de antojadiza redención.




sábado, 29 de mayo de 2021

viernes, 28 de mayo de 2021

925

Los sueños son deseos vaporosos que, sin embargo, nos persiguen, metáforas encarnadas con voluntad de ser.




martes, 25 de mayo de 2021

Dicen los síntomas, de Bárbara Blasco

La enfermedad de vivir


Ganadora del XVI Premio Tusquets Editores de Novela con su tercera obra narrativa ─la autora tiene en su haber dos novelas más: Suerte (2013) y La memoria del alambre (2018)─, nos hallamos ante una ficción de hondo calado, ya sea por la madurez de su factura, ya por el estilo pulcro y fluido que cultiva la autora, todo lo cual redunda en esta obra de extraña belleza.

El argumento resulta sencillo: Virginia, una mujer cercana a la madurez y furiosa con el mundo, al menos cuando empieza el relato, vela a su padre, que se encuentra en un hospital en estado de coma (traslación simbólica de una figura paterna ausente). Al principio, lo hace acompañada por su madre, alguien que ha entregado su vida al cuidado de la familia por imperativo categórico, más que por propia elección, resignada a su suerte sin embargo y aquejada, a partir de cierto momento, de una ciática repentina que la devuelve a su casa. Sólo en contadas ocasiones consigue la narradora protagonista velar al progenitor en compañía de su hermana Esther, contrapunto de nuestro personaje, y cuya aparición resulta demasiado intermitente y fugaz. No en vano, no duda en arreglárselas para dejar a Virginia a solas con el enfermo y con «el extraño» con quien comparte habitación, convertido por fuerza en un convidado de piedra que irá cobrando protagonismo.

Los distintos estados emotivos y físicos que presentan los personajes de la novela a menudo se corresponden con una enfermedad o con su sintomatología como caracterización y posible retrato. Todo lo cual nos permite profundizar en el carácter y pasado de los cuatro seres en liza, en sus fricciones y desengaños respectivos, mientras la protagonista va recordando episodios de su vida ─ya sea privada, ya compartida─ en un examen de conciencia terapéutico, de indudable intensidad y crudeza, que se extiende a lo largo del soliloquio de la narradora.


Aunque Esther acuse a Virginia de padecer hipocondría con el fin de restarle autoridad a su discurso, resulta hasta cierto punto lógico que la protagonista reflexione en el hospital sobre la enfermedad y sus penurias, al margen de que le sirva, además, de hilo conductor para trenzar las diversas historias que refiere. Así pues, unas veces se detiene a pensar en el estado vegetativo del padre, la meningitis infantil de su hermana o la ciática repentina de la madre, y otras, por ejemplo, en los prejuicios morales no tan lejanos que hubo en torno al cáncer y el SIDA en los años 90, o en el actual suicidio en masa ─no por programado, menos incomprensible─ de unas morsas del Ártico debido a la destrucción de su hábitat como resultado del cambio climático. Sin olvidarse de padecimientos frecuentes, tales como la depresión, la ira, el estrés o el insomnio, tan propios de nuestros días, entre otras dolencias.

Pero la historia alcanza su punto de inflexión cuando la vela del padre se desarrolla cara a cara, en soledad; momento a partir del cual parece incluso que sea el cuerpo inerte del enfermo quien vele por su hija y no al revés. Esta circunstancia cambiará in extremis su actitud con respecto al padre moribundo, mientras entabla asimismo una relación cada vez más íntima con «el extraño» que comparte habitación, quien de nuevo se revelará como otra cosa; un hombre mayor, de edad indefinida y sin nombre, capaz de insuflarle vida a la narradora en todos los sentidos de la expresión. En este sentido, y al margen de la peripecia referida, importa señalar cómo Bárbara Blasco va contando esta historia llena de vaivenes, trufada por un pensamiento crítico.

El estilo de la autora es cuidado y poético, y en la narración a menudo apela al meollo del sentido más que del argumento; lo cual se refleja, por ejemplo, en los apuntes de tono aforístico que Virginia anota en una especie de dietario al final de ciertos capítulos, y que a nosotros nos sirven de reflexión quintaesenciada sobre esa enfermedad que es siempre vivir.


* Esta reseña ha aparecido en el número 449 de Quimera. Revista de Literatura del mes de mayo del 2021.

sábado, 22 de mayo de 2021

Medidas extremas en El aforista

José Luis Trullo Herrera ha escrito la primera reseña que cosecha Medidas extremas en la página que dirige de El aforista.

Agradecida.

Pinchad en la imagen para acceder a ella.




viernes, 21 de mayo de 2021

Medidas extremas en infoLibre

Carmen Peire destaca Medidas extremas en sus recomendaciones literarias junto con otras lecturas escogidas para esta temporada.

Muy agradecida por su selección.




martes, 18 de mayo de 2021

viernes, 7 de mayo de 2021

TURIA RECOMIENDA MEDIDAS EXTREMAS

 Siguen las alegrías...

Puede ser una imagen de texto que dice "Gemma Pellicer MEDIDAS EXTREMAS 业 ALAMÍNIMA RENACIMIENTO"
TURIA recomienda hoy: "Medidas extremas", de Gemma Pellicer (Renacimiento)
Que el aforismo en España goza de buena salud editorial lo acreditan colecciones tan atractivas como “A la mínima”, que publica Renacimiento. Y en ese ámbito destaca el último libro de Gemma Pellicer como un ejemplar testimonio de que la clarividencia, la sabiduría y el don de la brevedad propician resultados inolvidables: “Ya no es sólo que la bondad esté devaluada; sino que la estupidez, esa especie de maldad ejercida de forma consciente, se halla puesta al día, felizmente revaluada entre nosotros, convertida al fin en moneda de uso corriente. Pobres de espíritu, ¡a ver si os enteráis!". No dejen de leer atentamente a Gemma Pellicer y tomen buena nota de lo que nos dice. Será provechoso para su inteligencia.

jueves, 6 de mayo de 2021

922

En política, todos los extremismos son buenos hasta que no se demuestre lo contrario.




miércoles, 5 de mayo de 2021

QUIMERA RECOMIENDA MEDIDAS EXTREMAS


Quimera recomienda en su último número (449),

dedicado a la crítica literaria,

Medidas extremas.

Feliz.




lunes, 26 de abril de 2021

LA TOLERANCIA COMO ARMA ARROJADIZA

¿Ser tolerante implica aceptar la voluntad ajena? ¿Y si es por narices? Porque hay quien lo cree a pies juntillas.

¿Qué pasa si la cosa no va contigo? ¿De veras te convierte eso necesariamente en alguien intolerante? Porque también hay quien mide la salud de tu tolerancia (no la suya propia) en función de si aceptas que te molesten cuantas veces precise. Pero, en cambio, no se plantea ni por asomo que esa misma tolerancia implique respetar al otro de buen grado.


Curso exprés de Narrativa en castellano

Todavía hay plazas disponibles para aquellos alumnos interesados en iniciarse en el Curso exprés de Narrativa. Para la ocasión, deberéis tener en cuenta que el formato es intensivo y dura solo un mes (a partir del próximo 17 de mayo). Más allá de que su función consista en servir de aperitivo o entrante a módulos narrativos posteriores, mucho más largos, también accederéis a un puñado de técnicas y recursos que os aprovecharán seguro desde ya mismo. Os dejo el enlace con toda la información:


miércoles, 21 de abril de 2021

lunes, 19 de abril de 2021

Medidas extremas en el Heraldo de Aragón

El domingo pasado Antón Castro se hizo eco del libro de aforismos Medidas extremas en su sección "Cuentos de domingo" del Heraldo de Aragón. Mil gracias.









sábado, 3 de abril de 2021

lunes, 29 de marzo de 2021

Estación intemperie, de Tere Susmozas


Mar sin fondo


Autora del libro de relatos Terrestre océano (2015), la presente colección de treinta y siete estampas a caballo entre el microrrelato, el relato corto y la prosa poética desde un punto de vista formal y estilístico, gira en torno de la identidad y del enigma que conlleva la existencia, tal como sugieren las dos citas de Válery y Pessoa que encabezan el volumen. El título mismo apela ya, de hecho, a este desvalimiento inevitable del transcurrir humano. Protagonizadas por individuos innominados, quienes en sus páginas se reconocen, a veces, como ciudadanos de Nox, todos ellos parecen deambular por la vida sin otro equipaje que su mismo desamparo, bajo una atmósfera onírica no exenta de revelación, mientras hacen frente a realidades basadas en imágenes surrealistas amenazadoras y atosigantes.

Aun cuando la mayoría sean estampas poéticas carentes de trama y argumento en el sentido tradicional, de una narración lógica y consecutiva de peripecias al uso, llama la atención «El lago de los insomnes», un cuento dividido en partes, cuyas imágenes oníricas representan un ejercicio sostenido de indagación de la narradora protagonista en torno al motivo del doble; quien, a través de su desdoblamiento en niña y mujer, trata de sobrellevar un conflicto irresuelto. Otras prosas apelan a verdades inmutables, tal como sucede, por ejemplo, en «Hora inesperada», donde el lector presencia cómo el tiempo nos deja huérfanos, siendo la muerte la hora del título. O versan sobre el afán de trascender en «El aula de los poetas», un cuento en donde se reflexiona sobre esa desazón interior rastreable en todo artista, y que el narrador resuelve de manera aforística ─habida cuenta de que este conjunto de prosas ilumina estados interiores sobre todo, más que ofrecer respuestas a conflictos profundos─ en la frase de cierre, que reza: «Perecer por extinción es una muerte dulce y tranquila».


Cabe decir que Tere Susmozas hace gala de una prosa rica semántica y formalmente, llena de recursos estilísticos, ya se trate de la mise en abyme de la estampa-prólogo, ya de la misma ilación con que va trenzando distintas imágenes en apariencia desconectadas para establecer, al cabo, un contenido poderosamente simbólico (en «Mordaza-aleteo», por ejemplo); capaz de irradiar buenas dosis de misterio y desazón a partes iguales. Al cabo, la autora flirtea con lo decadente para crear significados oníricos de indudable hechizo. En conjunto, estas prosas breves se hallan protagonizadas por seres sin atributos, a la deriva, de ahí que la atmósfera y ambientación entronquen con los últimos libros de Ángel Zapata; mientras que abundan sentencias de corte aforístico diseminadas a lo largo del texto. Es lo que ocurre, sin ir más lejos, en «Infinitesimal», donde leemos: «encapsular el tiempo perjudica gravemente la salud»; o bien «¿Qué fue primero, el gusano o la manzana?».

Hacia la mitad del libro, descubrimos que la ciudad de Nox remite a unos versos de Víctor Hugo, y a su poema «Océano Nox», con que ilustra precisamente la estampa poética titulada «Travesía del ahogado». Pero también identificamos mitos como el del ave Fénix bajo la forma de unos troncos de leña que nunca se extinguen en una cabaña habitada por dos voluntades enfrentadas, en perpetua tensión, y cuyo dolor sólo se resuelve al descubrir que comparten un mismo destino («Águila bicéfala»); imágenes desapacibles («Árbol vagando en la noche»); entornos que definen al personaje como si fueran su propio ser («Por si acaso la lluvia»); umbrales dudosos («Estación intemperie» o «Estallido de agua»); así como constelaciones e inclemencias atmosféricas que se resuelven en diversos significados alegóricos.

No debe extrañarnos, pues, que estas narraciones avancen como si fueran los movimientos de una sonata amenazadora, dejándonos, a menudo, una impresión perdurable de pérdida y desconsuelo.


*Esta reseña ha aparecido en el número 447 de la revista Quimera del mes de marzo del 2021.

sábado, 27 de marzo de 2021

918

El aforismo aspira a la breve(r)dad, pues es breve y perdurable a un tiempo.


miércoles, 17 de marzo de 2021

martes, 16 de marzo de 2021

Curso virtual sobre Microrrelato en castellano en el Ateneo de Barcelona

A partir del 19 de abril y hasta el 25 de junio próximo, impartiré durante cinco quincenas -a lo largo de dos meses y medio- el curso virtual sobre Microrrelato en castellano del Ateneo de Barcelona.
Ya está abierta la matrícula para todos aquellos interesados en la narrativa breve que queráis conocer el microrrelato y profundizar, desde una perspectiva tanto teórica como práctica, en su cultivo y posibilidades literarias.
En el siguiente enlace encontraréis toda la información relativa al curso: su programa y los objetivos que nos marcaremos, una primera bibliografía, que se complementará durante el mismo con otras referencias bibliográficas, así como la posibilidad de obtener un descuento del 5%.
¡Animaos, que lo pasaremos bien!

viernes, 12 de marzo de 2021

Medidas extremas

Por fin en casa.


"El lenguaje de la imaginación
convierte la palabra en realidad" (p. 51).

Feliz.



En el siguiente enlace podéis acceder a toda la información.

lunes, 1 de marzo de 2021

Aforismos del solitario, de José Camón Aznar


Sócrates contemplativo

Estos aforismos fueron publicados por José Camón Aznar bajo el mismo título en el suplemento dominical del ABC y recogidos en libro, de forma póstuma, en 1982, dentro de la colección Austral. Cuarenta años después, vuelven a editarse de forma oportuna. Aunque la obra de nuestro autor parezca escrita a vuelapluma, en verdad responde a un trabajo meditado y riguroso, de gran coherencia, basado como está en una especie de monólogo o soliloquio, con algo de dietario, que el autor entablaría consigo mismo ─recuérdese el título─, como si se tratara de un Sócrates meditabundo.

La biografía intelectual de nuestro autor resulta apabullante: nacido en Zaragoza en 1898 y fallecido en Madrid en 1979, fue uno de los historiadores del arte más destacados del siglo XX. Discípulo y amigo de Miguel de Unamuno, motivo por el cual perdió la Cátedra en la Universidad de Salamanca de Teoría de la Literatura y de las Artes, que había obtenido con 26 años, impartió clase en 1939 de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza y en 1942 obtuvo la Cátedra de Historia del arte medieval en la Universidad de Madrid. De igual modo, dirigió la Revista de ideas estéticas del CSIC y la prestigiosa revista Goya, siendo distinguido como académico numerario de Bellas Artes, de la Historia y de Ciencias Morales y Políticas.

El volumen, con cerca de 1.500 aforismos, muestra los conocimientos del autor en arte, religión, historia y filosofía, para lo cual se sirve de un estilo llano y accesible que termina por volcar sus saberes en una corriente de pensamiento transparente, de indudable coherencia y convicción. Ignoro si Camón Aznar conocía los aforismos metafísicos de Novalis, sus fragmentos, pero me ha llamado la atención que ambos fueran profundamente religiosos y honestos en su pensamiento, llegando a compartir casi una misma poética: «Quien busca, duda ─escribe Novalis─. Pero el genio dice de una manera franca y certera lo que ve desarrollarse dentro de sí mismo, porque no es captado por la representación de lo que ve (…)». Compárese dicho fragmento con este otro pensamiento aforístico de nuestro autor: «El genio se nutre de sí mismo. El talento, de los demás». O cuando escribe: «Solo los ciegos caminan apoyándose en la realidad»; o bien: «Al apagar la luz se enciende la conciencia».

Pero no se detienen ahí las semejanzas. Ambos autores reflexionan asimismo en torno a la Verdad, Dios, el espacio y el tiempo. Véase, en este sentido, el aforismo que reza: «Tiempo es espacio interior; espacio es tiempo exterior» (Novalis) frente a «El tiempo: rendija de la eternidad» y «El espacio es el manto de Dios» (Camón Aznar) para desembocar, de nuevo, en Novalis: «El espacio traspasa al tiempo como el cuerpo al alma», que parece sintetizarlos a ambos. Pero también reflexionan por igual en torno al mundo, la Naturaleza, la poesía y la filosofía, la ciencia y la fe. Al respecto, Manuel Neila comenta en la contracubierta de esta edición que los aforismos de Camón Aznar no repiten ni «el modelo del fragmento romántico de filiación metafísica, si bien se le aproximan por su contenido», ni tampoco «el modelo de la máxima clásica de orientación moralista, aunque a veces se le acercan por la forma».


Camón Aznar escribe, lo hemos recordado antes, muchísimos aforismos de corte religioso o metafísico, velados casi siempre por el misterio; lo que no impide que por debajo asome una revelación capaz de conmovernos poderosamente: «¿Qué es antes: la visita de Dios o la actitud de María?»; o «Al brotar la ameba de las aguas aurorales comenzó la Pasión de Cristo». O este otro, acaso mi preferido por su concisión: «El cristianismo liberó a Dios del mármol». También me ha llamado la atención que componga series, tal como sucede en el microrrelato o en otras formas breves. Así, en el libro aparece en torno a una cincuentena de aforismos sobre la Gioconda, junto con un puñado de variaciones sobre la figura y el mito de don Juan («Queréis que el drama se convierta en comedia? Haced que don Juan desafíe, no a Dios, sino al diablo»; «¿Un nuevo mito? El de don Juan. No se come la manzana. Se come a Eva», entre otros), o la más sencilla, en apariencia, de procurar definir moralmente una serie de realidades precedidas por el adjetivo buen: «Buen político. El que con su muerte no hace caer el telón»; «Buen humorista. La broma puede ser verdad con solo cambiar el tono de voz»; «Buen defensor. Convence al jurado de que se puede sentar en la silla del delincuente»; o «Buen enemigo. La ola que te levanta y no te hunde». No me resisto a copiar uno más de esta serie porque bien podría entenderse como una poética del quehacer aforístico de nuestro autor: «Buen pensamiento. Vuela, y cuando sobre otro pensamiento se posa, lo fecunda». Acaso los aforismos relativos a la reflexión sobre el arte sean los mejores, por actuales y certeros: «Sólo es lícita la realidad en arte cuando se conquista a caballo de la imaginación»; «Hay pensamientos que se resisten a caer en la trampa de las palabras»; o «Mal novelista: el que maneja sentimientos, y personas y cosas tan cercanos que se pueden tocar».

El libro contiene, además, varios aforismos intertextuales, al remedar figuras, frases o pensamientos célebres de la historia, junto con otras suposiciones, lo que de nuevo acerca su cultivo a ciertos rasgos propios del microrrelato actual. Veámoslo: «Rey Lear. Las barbas de los viejos están despeinadas por el viento de la ingratitud»; «Don Quijote. Sobre los cuerpos caídos en tierra pasa siempre una piara de cerdos»; frases como «Pienso, luego Dios existe». O esta reflexión: «Desde que Beethoven se quedó sordo dejó de escribir para recreo de los oídos». Destacan, dentro de la colección, los aforismos escritos a la contra, un signo más del espíritu insatisfecho, poco acomodaticio, de nuestro autor: «Contra Rousseau: Desde Adán, la naturaleza es una gran serpiente con un pecado en la boca»; así como, por ejemplo: «Contra Husserl: Todas las cosas se distinguen entre sí como piedras de río. Pero el alma las arrastra»; o «Anti-Nietzsche: En cuanto suprimes a Dios, el pobre hombre se convierte en el pobre superhombre».

Otras veces sus frases adoptan apenas las dos líneas escuetas de un diálogo mínimo, redundando en la idea de soliloquio («─¿Cuándo acompaña la gracia a una criatura? ─Cuando su destino y su ambiente se confunden»; o bien: «─¿En qué conoces que es un Precursor? ─En que le rodea el desierto»). Y aun así, casi siempre parece moverlo un afán conceptista que se apoya en un decir sencillo pero elaborado: «El vencido llega a ser la conciencia del vencedor». O «El diablo no puede morir. Cierto, porque él mismo es la muerte». A menudo, el tono que nuestro autor adopta es severo además de sutil: «La democracia degrada a los números: les da un puro valor cuantitativo», rayando en ocasiones en la ironía o el sarcasmo: «Como la pobreza ennoblece, lo mejor del capitalismo es que crea pobres»; «La lealtad es la servidumbre de las almas nobles». Así también este par de definiciones: «Señorío. Procura dejar en tus razonamientos un punto débil para que allí se apoye el adversario»; y «Optimismo. No hay espinas sin rosas». Un estilo, en resumidas cuentas, que no duda en apoyarse en juegos de palabras y paradojas audaces no exentas de lucidez, que, a buen seguro, deleitarán a los lectores más curiosos. A partir de ahora, cuando se haga la historia del aforismo en castellano, no debería dejar de contarse con esta obra de indudable mérito.

* Esta reseña ha aparecido publicada en el número 446 correspondiente al mes de febrero del 2021 de la revista de literatura Quimera.



jueves, 25 de febrero de 2021

LITORAL Mundo sensible

Por fin tengo en mis manos el último monográfico de la revista LITORAL, dedicado a glosar con profusión y belleza a partes iguales el mundo sensible que nos acoge. Mi agradecimiento a Antonio Lafarque y a quienes hacen posible esta maravilla de publicación. En este número en que aparecen varios amigos, colaboro con un aforismo de mi cosecha y un microrrelato recogido en Maleza viva (2016).






sábado, 20 de febrero de 2021

Movimiento de traslación

Estos días nadar se ha vuelto un ejercicio concentrado y minucioso. A cada brazada pretendo el sosiego de otras veces, pero a diferencia de aquellas, ahora soy mucho más consciente: de los cuerpos y de la desesperación de los cuerpos, pero también de la sutileza de algunos cada vez que se impone el instinto de esquivar al otro mientras avanzamos, paralelos, por el mismo carril. Téngase en cuenta que el agua está ligeramente salada, de modo que cuando salpica es fácil que te escuezan los ojos, como si la piscina fuera una poza de mar; una sensación que sin duda nuestros sistemas límbicos agradecen después de tanto encierro y privaciones. Su cuerpo es grande y bien proporcionado. Sus movimientos, armónicos. A mí me ha sorprendido, de hecho, que a pesar de la velocidad que alcanza, jamás hayamos tenido el menor encontronazo. Un cuerpo que percibe el espacio y las ondulaciones del agua, que vislumbra el avance ajeno es digno de admiración. Yo, por mi parte, trato de zambullirme en el carril de este ciego que todo lo ve mientras me regodeo en mi suerte y en mi compañero de nado.



jueves, 18 de febrero de 2021

916

Todas las muertes sobrevenidas, conocidas, acumuladas, nos elevan —y entierran también— un poco a nosotros.




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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"