sábado, 5 de junio de 2021

927

La escritura implica, la mayoría de las veces, una redimensión constante, una suerte de antojadiza redención.




sábado, 29 de mayo de 2021

viernes, 28 de mayo de 2021

925

Los sueños son deseos vaporosos que, sin embargo, nos persiguen, metáforas encarnadas con voluntad de ser.




martes, 25 de mayo de 2021

Dicen los síntomas, de Bárbara Blasco

La enfermedad de vivir


Ganadora del XVI Premio Tusquets Editores de Novela con su tercera obra narrativa ─la autora tiene en su haber dos novelas más: Suerte (2013) y La memoria del alambre (2018)─, nos hallamos ante una ficción de hondo calado, ya sea por la madurez de su factura, ya por el estilo pulcro y fluido que cultiva la autora, todo lo cual redunda en esta obra de extraña belleza.

El argumento resulta sencillo: Virginia, una mujer cercana a la madurez y furiosa con el mundo, al menos cuando empieza el relato, vela a su padre, que se encuentra en un hospital en estado de coma (traslación simbólica de una figura paterna ausente). Al principio, lo hace acompañada por su madre, alguien que ha entregado su vida al cuidado de la familia por imperativo categórico, más que por propia elección, resignada a su suerte sin embargo y aquejada, a partir de cierto momento, de una ciática repentina que la devuelve a su casa. Sólo en contadas ocasiones consigue la narradora protagonista velar al progenitor en compañía de su hermana Esther, contrapunto de nuestro personaje, y cuya aparición resulta demasiado intermitente y fugaz. No en vano, no duda en arreglárselas para dejar a Virginia a solas con el enfermo y con «el extraño» con quien comparte habitación, convertido por fuerza en un convidado de piedra que irá cobrando protagonismo.

Los distintos estados emotivos y físicos que presentan los personajes de la novela a menudo se corresponden con una enfermedad o con su sintomatología como caracterización y posible retrato. Todo lo cual nos permite profundizar en el carácter y pasado de los cuatro seres en liza, en sus fricciones y desengaños respectivos, mientras la protagonista va recordando episodios de su vida ─ya sea privada, ya compartida─ en un examen de conciencia terapéutico, de indudable intensidad y crudeza, que se extiende a lo largo del soliloquio de la narradora.


Aunque Esther acuse a Virginia de padecer hipocondría con el fin de restarle autoridad a su discurso, resulta hasta cierto punto lógico que la protagonista reflexione en el hospital sobre la enfermedad y sus penurias, al margen de que le sirva, además, de hilo conductor para trenzar las diversas historias que refiere. Así pues, unas veces se detiene a pensar en el estado vegetativo del padre, la meningitis infantil de su hermana o la ciática repentina de la madre, y otras, por ejemplo, en los prejuicios morales no tan lejanos que hubo en torno al cáncer y el SIDA en los años 90, o en el actual suicidio en masa ─no por programado, menos incomprensible─ de unas morsas del Ártico debido a la destrucción de su hábitat como resultado del cambio climático. Sin olvidarse de padecimientos frecuentes, tales como la depresión, la ira, el estrés o el insomnio, tan propios de nuestros días, entre otras dolencias.

Pero la historia alcanza su punto de inflexión cuando la vela del padre se desarrolla cara a cara, en soledad; momento a partir del cual parece incluso que sea el cuerpo inerte del enfermo quien vele por su hija y no al revés. Esta circunstancia cambiará in extremis su actitud con respecto al padre moribundo, mientras entabla asimismo una relación cada vez más íntima con «el extraño» que comparte habitación, quien de nuevo se revelará como otra cosa; un hombre mayor, de edad indefinida y sin nombre, capaz de insuflarle vida a la narradora en todos los sentidos de la expresión. En este sentido, y al margen de la peripecia referida, importa señalar cómo Bárbara Blasco va contando esta historia llena de vaivenes, trufada por un pensamiento crítico.

El estilo de la autora es cuidado y poético, y en la narración a menudo apela al meollo del sentido más que del argumento; lo cual se refleja, por ejemplo, en los apuntes de tono aforístico que Virginia anota en una especie de dietario al final de ciertos capítulos, y que a nosotros nos sirven de reflexión quintaesenciada sobre esa enfermedad que es siempre vivir.


* Esta reseña ha aparecido en el número 449 de Quimera. Revista de Literatura del mes de mayo del 2021.

sábado, 22 de mayo de 2021

Medidas extremas en El aforista

José Luis Trullo Herrera ha escrito la primera reseña que cosecha Medidas extremas en la página que dirige de El aforista.

Agradecida.

Pinchad en la imagen para acceder a ella.




viernes, 21 de mayo de 2021

Medidas extremas en infoLibre

Carmen Peire destaca Medidas extremas en sus recomendaciones literarias junto con otras lecturas escogidas para esta temporada.

Muy agradecida por su selección.




martes, 18 de mayo de 2021

viernes, 7 de mayo de 2021

TURIA RECOMIENDA MEDIDAS EXTREMAS

 Siguen las alegrías...

Puede ser una imagen de texto que dice "Gemma Pellicer MEDIDAS EXTREMAS 业 ALAMÍNIMA RENACIMIENTO"
TURIA recomienda hoy: "Medidas extremas", de Gemma Pellicer (Renacimiento)
Que el aforismo en España goza de buena salud editorial lo acreditan colecciones tan atractivas como “A la mínima”, que publica Renacimiento. Y en ese ámbito destaca el último libro de Gemma Pellicer como un ejemplar testimonio de que la clarividencia, la sabiduría y el don de la brevedad propician resultados inolvidables: “Ya no es sólo que la bondad esté devaluada; sino que la estupidez, esa especie de maldad ejercida de forma consciente, se halla puesta al día, felizmente revaluada entre nosotros, convertida al fin en moneda de uso corriente. Pobres de espíritu, ¡a ver si os enteráis!". No dejen de leer atentamente a Gemma Pellicer y tomen buena nota de lo que nos dice. Será provechoso para su inteligencia.

jueves, 6 de mayo de 2021

922

En política, todos los extremismos son buenos hasta que no se demuestre lo contrario.




miércoles, 5 de mayo de 2021

QUIMERA RECOMIENDA MEDIDAS EXTREMAS


Quimera recomienda en su último número (449),

dedicado a la crítica literaria,

Medidas extremas.

Feliz.




lunes, 26 de abril de 2021

LA TOLERANCIA COMO ARMA ARROJADIZA

¿Ser tolerante implica aceptar la voluntad ajena? ¿Y si es por narices? Porque hay quien lo cree a pies juntillas.

¿Qué pasa si la cosa no va contigo? ¿De veras te convierte eso necesariamente en alguien intolerante? Porque también hay quien mide la salud de tu tolerancia (no la suya propia) en función de si aceptas que te molesten cuantas veces precise. Pero, en cambio, no se plantea ni por asomo que esa misma tolerancia implique respetar al otro de buen grado.


Curso exprés de Narrativa en castellano

Todavía hay plazas disponibles para aquellos alumnos interesados en iniciarse en el Curso exprés de Narrativa. Para la ocasión, deberéis tener en cuenta que el formato es intensivo y dura solo un mes (a partir del próximo 17 de mayo). Más allá de que su función consista en servir de aperitivo o entrante a módulos narrativos posteriores, mucho más largos, también accederéis a un puñado de técnicas y recursos que os aprovecharán seguro desde ya mismo. Os dejo el enlace con toda la información:


miércoles, 21 de abril de 2021

lunes, 19 de abril de 2021

Medidas extremas en el Heraldo de Aragón

El domingo pasado Antón Castro se hizo eco del libro de aforismos Medidas extremas en su sección "Cuentos de domingo" del Heraldo de Aragón. Mil gracias.









sábado, 3 de abril de 2021

lunes, 29 de marzo de 2021

Estación intemperie, de Tere Susmozas


Mar sin fondo


Autora del libro de relatos Terrestre océano (2015), la presente colección de treinta y siete estampas a caballo entre el microrrelato, el relato corto y la prosa poética desde un punto de vista formal y estilístico, gira en torno de la identidad y del enigma que conlleva la existencia, tal como sugieren las dos citas de Válery y Pessoa que encabezan el volumen. El título mismo apela ya, de hecho, a este desvalimiento inevitable del transcurrir humano. Protagonizadas por individuos innominados, quienes en sus páginas se reconocen, a veces, como ciudadanos de Nox, todos ellos parecen deambular por la vida sin otro equipaje que su mismo desamparo, bajo una atmósfera onírica no exenta de revelación, mientras hacen frente a realidades basadas en imágenes surrealistas amenazadoras y atosigantes.

Aun cuando la mayoría sean estampas poéticas carentes de trama y argumento en el sentido tradicional, de una narración lógica y consecutiva de peripecias al uso, llama la atención «El lago de los insomnes», un cuento dividido en partes, cuyas imágenes oníricas representan un ejercicio sostenido de indagación de la narradora protagonista en torno al motivo del doble; quien, a través de su desdoblamiento en niña y mujer, trata de sobrellevar un conflicto irresuelto. Otras prosas apelan a verdades inmutables, tal como sucede, por ejemplo, en «Hora inesperada», donde el lector presencia cómo el tiempo nos deja huérfanos, siendo la muerte la hora del título. O versan sobre el afán de trascender en «El aula de los poetas», un cuento en donde se reflexiona sobre esa desazón interior rastreable en todo artista, y que el narrador resuelve de manera aforística ─habida cuenta de que este conjunto de prosas ilumina estados interiores sobre todo, más que ofrecer respuestas a conflictos profundos─ en la frase de cierre, que reza: «Perecer por extinción es una muerte dulce y tranquila».


Cabe decir que Tere Susmozas hace gala de una prosa rica semántica y formalmente, llena de recursos estilísticos, ya se trate de la mise en abyme de la estampa-prólogo, ya de la misma ilación con que va trenzando distintas imágenes en apariencia desconectadas para establecer, al cabo, un contenido poderosamente simbólico (en «Mordaza-aleteo», por ejemplo); capaz de irradiar buenas dosis de misterio y desazón a partes iguales. Al cabo, la autora flirtea con lo decadente para crear significados oníricos de indudable hechizo. En conjunto, estas prosas breves se hallan protagonizadas por seres sin atributos, a la deriva, de ahí que la atmósfera y ambientación entronquen con los últimos libros de Ángel Zapata; mientras que abundan sentencias de corte aforístico diseminadas a lo largo del texto. Es lo que ocurre, sin ir más lejos, en «Infinitesimal», donde leemos: «encapsular el tiempo perjudica gravemente la salud»; o bien «¿Qué fue primero, el gusano o la manzana?».

Hacia la mitad del libro, descubrimos que la ciudad de Nox remite a unos versos de Víctor Hugo, y a su poema «Océano Nox», con que ilustra precisamente la estampa poética titulada «Travesía del ahogado». Pero también identificamos mitos como el del ave Fénix bajo la forma de unos troncos de leña que nunca se extinguen en una cabaña habitada por dos voluntades enfrentadas, en perpetua tensión, y cuyo dolor sólo se resuelve al descubrir que comparten un mismo destino («Águila bicéfala»); imágenes desapacibles («Árbol vagando en la noche»); entornos que definen al personaje como si fueran su propio ser («Por si acaso la lluvia»); umbrales dudosos («Estación intemperie» o «Estallido de agua»); así como constelaciones e inclemencias atmosféricas que se resuelven en diversos significados alegóricos.

No debe extrañarnos, pues, que estas narraciones avancen como si fueran los movimientos de una sonata amenazadora, dejándonos, a menudo, una impresión perdurable de pérdida y desconsuelo.


*Esta reseña ha aparecido en el número 447 de la revista Quimera del mes de marzo del 2021.

sábado, 27 de marzo de 2021

918

El aforismo aspira a la breve(r)dad, pues es breve y perdurable a un tiempo.


miércoles, 17 de marzo de 2021

martes, 16 de marzo de 2021

Curso virtual sobre Microrrelato en castellano en el Ateneo de Barcelona

A partir del 19 de abril y hasta el 25 de junio próximo, impartiré durante cinco quincenas -a lo largo de dos meses y medio- el curso virtual sobre Microrrelato en castellano del Ateneo de Barcelona.
Ya está abierta la matrícula para todos aquellos interesados en la narrativa breve que queráis conocer el microrrelato y profundizar, desde una perspectiva tanto teórica como práctica, en su cultivo y posibilidades literarias.
En el siguiente enlace encontraréis toda la información relativa al curso: su programa y los objetivos que nos marcaremos, una primera bibliografía, que se complementará durante el mismo con otras referencias bibliográficas, así como la posibilidad de obtener un descuento del 5%.
¡Animaos, que lo pasaremos bien!
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"